Era yo muy joven cuando me había enamorado de Alberto, él no era muy atractivo para mí pero era muy simpático. Nos hicimos amigos muy pronto ya que a mi madre le gusta relacionarse con los vecinos y tener muchos amigos, pero a mí no, en aquella época yo era bastante tímida y apenas si sonreía. En esa época yo usaba muchos vestidos, mi favorito era uno que era color guinda y me quedaba arriba de mi rodilla, tenía mangas y cuello, cómo si fuera un tipo de camisa polo.
en aquella época yo era bastante tímida y apenas si sonreía. En esa época yo usaba muchos vestidos
Alberto era encantador conmigo, le gustaba bastante, ya que siempre andaba detrás mío pero a mí me gustaba su hermano Óscar y, era una amistad complicada… Un día hasta que cumplí mis 18 años, se me hizo de que ellos vinieran a mi casa a celebrarlo conmigo; todo estaba en orden, hasta que, ¡no fuera porque manché mi blusa favorita color rosa de tinta china y estaba nueva!
Ellos ya habían llegado y me tuve que ir a cambiar rápidamente, cuando entré a mi cuarto, prendí la luz, ¡y me puse el vestido qué tanto adoraba! Bueno, todo bien hasta ahí, pero en el pasillo me encontré a Alberto, me quedé “congelada” y disimulé un poco mi nerviosismo. Me dijo que me veía hermosa y que desde hace tiempo se había enamorado de mí pero como yo era menor de edad no podía estar conmigo, le miré ¡y no se pudo contener, me besó devorándose los labios y la lengua! ¡Me sentía tan débil y cachonda que caí en su “trampa” y empezó a tocarme por encima de mi ropa y mi piel se erizó!
Me dijo que me veía hermosa y que desde hace tiempo se había enamorado de mí pero como yo era menor de edad no podía estar conmigo, le miré ¡y no se pudo contener
Después nos fuimos al sillón negro que estaba en el pasillo de mi casa, me recostó y me besaba muy rico, empezó a tocarme y acarició mis piernas hasta meter su mano en mi vagina para masturbarme, ¡estaba tan húmeda y me dolía un poco, pero mi excitación fue mucha al ver que él se calentaba conmigo! Entonces le quité esa playera, y vi su torso desnudo, ¡me ardían los labios porque quería que me devorara hasta deshacerme en gemidos! Él me desabrochó después el vestido y me lo quitó, sentía sus manos recorrer mi piel y esa excitación de que nos fueran a ver, sobre todo su hermano. Me quitó mi ropa interior color rosa poco a poco, me miraba con tanto deseo que yo me sentía tan cachonda. Desabroché el cinturón café que traía y sacó un condón, bajé su calzón y ya lo traía erecto y se lo aplicó, tenía un lubricante. Olía rico su cuello y me agarré de él con fuerza cuando él con besos y caricias me penetró, yo estaba en posición de “el misionero” y sentí un calor en mi cuerpo, me dolió y sangré un poco, ¡era lo normal, no me asusté! Hasta que cambió de posición conmigo y me cargó, me recargó sobre la pared y me cogía fuerte, ¡Fue cuando tuve mi primer orgasmo, mientras él me cubría la boca para que no se oyera nada y preguntaran lo qué había pasado!
Terminamos exhaustos, se vino antes que yo, pero tuvo paciencia para hacerme sentir otro orgasmo, me besó largo rato y después me abrazó.