Relato erótico de un orgasmo soñado
“Mi mente empezaba a perturbarse como podía ser un orgasmo en sueño? Si se sentía tan real esa presión sobre mi cuerpo, era increíble ese roce entre mis cobijas alguien estaba conmigo.”
Era una noche como cualquier otra me había colocado mi pijama con una camisetica de tiras y una pantaloneta pequeña ya que estas noches se habían vuelto un poco calurosa tenía una cobija suave con mi sabana de satín, mi favorita porque el roce de esa tela me hacía sentir delicioso todo mi cuerpo, estaba cansada y empecé a quedar en un sueño profundo de repente sentí que bajaban mi cobija lo cual me inquieto ya que duermo sola y nadie había entrado a mi cuarto estaba segura, estaba entre dormida pero sentía como una mano bajaba de mi cuello a la espalda y se quedó ahí yo me quede congelada pero logre conseguir dormir de nuevo.
Julieta escuchaba en mis sueños mientras alguien me abrazaba con fuerza todo estaba muy oscuro y no podía ver nada solo sentía unas manos grandes y unos brazos torneados que me rodeaban la cintura para no dejarme escapar mientras me tocaba bajando por mi vientre, con su boca empezaba a rosar mi cuello mientras yo no podía moverme tenía algo de miedo, pero no podía evitar el sentirme excitada al no poder saber que era lo que ocurría si estaba dormida o despierta y al pensar quien podría estar pensándome tan fuerte que me hiciera sentir su presencia en mi habitación y si era solo un espíritu que estaba tocándome, mi mente empezaba a perturbarse como podía ser un sueño? Si se sentía tan real esa presión sobre mi cuerpo era real ese roce entre mis cobijas alguien estaba conmigo.
Me estaba comenzando a excitar cada vez más sentía como mi piel estaba de gallina al sentir como esas manos empezaban a rozar mis pezones haciendo círculos en ellos colocándolos duros, mi pantie empezaba a mojarse de tal forma que ya empezaba a sentir la necesidad de que me tocara más fuerte o aún mejor me penetrara, yo no era capaz de decir ni media palabra esa era la verdad me tenía ahí para el sin poder hacer nada con un miedo que se había vuelto deseo ya no me interesaba que era solo quería que me hiciera tener un orgasmo lo necesitaba.
No sentía ninguna respiración agitada solo esas manos y ese cuerpo que se hacía algo intangible por momentos, pero al estar así detrás de mí podía sentir su pene grande y duro que comenzaba a rosar mi pantaloneta, Julieta me repitió vas hacer mía, no vas a poder estar con nadie más, quien eres dije de un solo golpe con el poco aire que tenía entre la excitación y el miedo que me poseía. Solo me contesto alguien que te desea mucho y si quieres saber que soy puedo decirte que solo soy una energía que lucho por estar contigo y ahora no me poder detener hasta hacerte mía, sentí como me volteaban de un solo impulso haciéndome temblar ya no quería que siguiera quería gritar prender la luz y dejar de sentirme caliente por algo que no podía controlar y que sabía que no era “humano” o ya no lo era en este momento.
“por fin eres mía Julieta sentí un tirón de mis pantis los rompió y vi como cayeron al piso por el poco de luz que entraba por la ventana”
Porque yo pensaba sin poder dejar de temblar mientras sentía unos labios fríos, pero algo húmedos rozar mi boca y presionarla con demasiada fuerza tanto que sentía que mis labios se iban a romper comencé a sentir un poco de mi sangre me había mordido con fuerza y una lagrima se escurrió por mis mejillas, no tengas miedo me dijo con una voz que sentía algo delicada me seco la lagrima, no vengo a lastimarte perdón, pero te deseo mucho.
Llevo mucho viéndote sin poder tocarte, – ¿Cómo podría verme, hace cuánto me vigilaba, cuantas veces me dormí ante su presencia? Mucho tiempo me dijo, podía entrar en mis pensamientos, lo cual me aterraba más porque ya se había dado cuenta que a pesar del miedo me habían gustado sus caricias, estaba volviéndome loca, sentía esa opresión sobre todo mi cuerpo pero la sensación ya era más delicada sentía como quitaba toda la ropa con algo de amor y desespero, mientras llegaba a mi vientre seguía pronunciando mi nombre, por fin eres mía Julieta sentí un tirón de mis pantis los rompió y vi como cayeron al piso por el poco de luz que entraba por la ventana, me esforzaba por tratar de ver por lo menos la silueta de su cuerpo sabía que era un hombre algo joven lo sentía, esto cada vez se hacía más real, para por favor quiero verte antes de que me penetres por favor déjame verte mientras comenzaba a sentir que mi clítoris estaba mojado con el roce de su pene sobre el me masturbaba de tal forma que me estaba haciendo gemir, quién eres? Insistía.
“Había quedado sobre la almohada dejándome con el espacio justo para respirar, mientras me tiraba el cabello empezó a penetrarme por la vagina haciéndome desconectar totalmente del mundo real, estaba flotando había tenido ya dos orgasmos como nunca y sentía que podría tener más.”
Alguien que no puede estar contigo pero que te va a cuidar siempre y está a tu lado, aunque no lo puedas ver, – te siento ahora y puedo aceptar lo que sea mientras te pueda ver insistía, ahora era al a quien se le había salido una lagrima la cual cayó sobre mí, pero no era cálida era fría como el hielo. Está bien dejemos de pensar pensé para que pudiéramos estar tranquilos.
Mi cuerpo se relajó ya no sentía miedo al sentir su cabeza sobre mi pecho mientras me comenzaba abrir más las piernas para penetrarme, cuando comenzó a entrar sobre mi fue algo indescriptible su pene era fuerte y grande pero se sentía con una temperatura que me hacía estremecer como nunca era como un pedazo de hielo por fuera pero se sentía calor como llamas por dentro su lubricación me llegaba a quemar un poco esa combinación con tan solo penetrarme un poco me hizo hacer un sonido que vibro todo el cuerpo al no poder gritar, él estaba tratando de ser cuidadoso pero no podía contenerse más empezó a penetrarme con más fuerza mientras mi cama empezó a sonar por la agitación como podía estar yo soñando esto, alguien tendría que escuchar mi cama, mi mama iba a entrar en cualquier momento, me estaba penetrando tan fuerte y empezaba a disfrutarlo tanto que no quería ya que nadie viniera por mí, Julieta eres mía mientras me rozaba mis senos y me besaba con fuerza mis fluidos empezaban a mojar un poco mis piernas mientras temblaba todo mi cuerpo como nunca.
¿Por qué lo siento tan familiar, ya no siento miedo sentía sus labios algo fríos, me hacían sentir que éramos uno solo? Tus labios son tan dulces tu cuerpo es tan cálido y tu vientre es tan justo que puedo sentir cada una de tus paredes expandirse y temblar como todo tu cuerpo, me volteo colocándose encima mío mientras mi cabeza había quedado sobre la almohada dejándome con el espacio justo para respirar, mientras me tiraba el cabello empezó a penetrarme por la vagina haciéndome desconectar totalmente del mundo real, estaba flotando había tenido ya dos orgasmos como nunca y sentía que podría tener más.
Su mano empezó a frotar mi ano, el cual con tanto éxtasis ya estaba muy lubricado, yo nunca había estado con nadie de forma anal, pero estaba tan mojada y era tan nuevo todo esto que no podía esperar que me diera con fuerza. Estas bien? Me pregunto al penetrarme por mi ano dejándome sin aliento; sentía que mi cuerpo ya no era mío, me estaba penetrando tan duro y con tanto amor por decirlo de alguna forma que yo ya no era dueña de mí, soy tuya pensaba puedes hacer conmigo lo que quieras pensaba.
“me estaba besando cada parte de mi cuerpo sentía como su saliva algo fría me rozaba y mojaba delicioso”
Así fue me penetro mientras yo solo podía gritar en mi mente, no pares por favor sigue así, cualquier hombre habría estado agotado llevaba haciéndome el amor horas, me estaba besando cada parte de mi cuerpo sentía como su saliva algo fría me rozaba y mojaba delicioso, sentía sus manos sobre mi cabello acariciándolo delicadamente, yo había perdido la cuenta de cuantos orgasmos había sentido en esa oscuridad, toda mi cama estaba húmeda, al estar casi inconsciente en la cama de tanto placer y el cansancio de semejante faena, logre ver un poco de su silueta varonil colocándome de nuevo mi pijama, subió mis manos y muy delicadamente me puso mi camiseta, yo trate de tocar sus manos y sentí como se asustó, no por favor no te vayas pensaba. No así, podía sentir su tristeza e inexplicablemente yo también estaba triste, sabía que estaba amaneciendo y se iba a ir sino había permitido que lo viera no iba a quedarse a la madrugada, sentí un abrazo fuerte y un beso más cálido que los anteriores, mientras me colocaba la cobija hasta el cuello solo me decía duerme.
Estaba tan agotada que me dormí profundo, al abrir los ojos pensé que todo había sido un sueño, pero no lo había sido, vi mi panti en el piso roto, sentía todo el cuerpo adolorido, tenía leves marcas en mi cuerpo de la presión de su fuerza sobre mí, y mis orgasmos se veían en mi sabana al igual que su semen, no había sido un sueño fue real…. Todo el día he pensado en cuando volverá mi visitante nocturno, lo deseo tanto que lo esperare todas las noches hasta que regrese.
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