EL PREAMBULO DE LA DANZA MACABRA .
Eran las 2:30 de la madrugada y mis ojos parecían desorbitarse, mi mente estaba lista para dibujar algún sueño, pero se me ocurrió servirme un poco de café cargado con cinco gotas de miel de cereza; mi lengua empezó a envolverse y palpitar con suavidad porque aquel sabor me entretiene súbitamente y así con ese pequeño placer puedo descansar con suavidad: me ofrece la sensación de calma; estaba a punto de echarme y un extraño silbido empieza a tocar de manera melodiosa, por un instante pensé que era familiar o quizá en algún momento de mi vida lo había escuchado, pero no le di importancia y mis pies decidieron acomodarse, aquel sonido inserto una duda en mi curiosidad y me atreví a pararme para averiguar qué sucedería, cuando llegue a la ventana ese sonido se pronunciaba mejor, era tan melodioso y exacto como el invierno del 99. Aquel año, aquel día, aquel lugar no lo podía olvidar y sabía que si apreciaba aquel sonido me encontraría con un camino delicioso: una tentación que divinamente seria exquisita y extraña; sabía que algo muy especial se vendría es por eso que me serví un vaso de Glenmorangie Lasanta, ese sabor meloso y afrutado me tocaba la mente y mi paladar vibro mejor con el humo de un habano de café amargo; con la mente sumergida en equilibrio disfrute lo que se venía frente a mi ventana; aquellas inexactas pisadas recorrían el camino sinuoso y sobre frio se fijaban mucho mejor, era unas pisadas deliciosamente exquisitas porque este ente que quizá sea mujer aseguraba los talones y sus pequeños dedos me inquietaban más, pareciere que tenía un vestido tras de ella porque habían pequeñas marcas; mientras más se acercaba a mi ventana disfrutaba de un torbellino de aromas de los cuales me parecía interesante el aroma de invierno; si exactamente como suena, un aroma que al respirarlo enfría ligeramente las fosas nasales y refresca hasta tu garganta como si fuera un mentol inundando las partes internas de tu garganta, ese pequeño aire te liberaba de cualquier malestar y se podía respirar mejor; pareciere que bailaba porque se ponía observar en la vereda sinuosa que sus marcas solo indicaban un baile y era ella cabalgando sobre el suelo.
A mi ventana disfrutaba de un torbellino de aromas de los cuales me parecía interesante el aroma de invierno
Inundado de este escenario sentía mis cavidades tan libres y mi respiración era perfecta: aquella dama de invierno me liberaba; este pequeño ente me inquietaba la mente e incluso me brindaba la posibilidad de romper los esquemas que tenía, tome un poco de whisky dulce y una gran bocanada del habano y la disfrute mejor, la sentí divina como ella misma; el escenario correcto en una noche que parecería que no terminaría porque el reloj se estabilizo en las 3:00 am y no avanzaba más; aquella luna le hacía brillar el limbo e incluso danzaba en la punta de sus labios y silueta, su vestido se llenaba de luz y me hacía ver que su figura era tan deliciosa que el único requisito para tenerla era mirarla con total oscuridad, siempre con mucha fuerza y sobre todo acechando cada milímetro de su piel; mi cerebro reptiliano cobraba vida y acechaba sus lugares más oscuros con mayor destreza; aquella dama de las 2:45 de la madrugada percibía lo que deseaba y se encargaba de ajustarse más el vestido haciendo ver que no tenía ninguna clase de interior: ni sostén, ni brasier, le encantaba ser libre como tal; tomo sus frías manos claras y las puso en si cintura, ella intentaba jalarse más el vestido para darme a entender que sus pezones se endurecían mientras le observaba con mayor intensión; mi cerebro reptiliano estimulaba la producción de feromonas y aquel ente podía entender que mi necesidad sexual era desesperada y con ese conocimiento se aprovechaba en bailar desmedidamente y sobre todo muy sensual, de vez en cuando se empinaba y me hacía ver como sus caderas mostraban lo maravillosas que podrían ser si fuesen apretadas de la manera correcta, elevaba sus manos y al arrodillarse miraba la luna brillante y esta atravesaba sus ropas indicándome exactamente como eran sus costillas, sus pechos e incluso alguna de su vertebras, su cuello era tan fino y sus caderas formadas solo indicaban que estaba lista para ser disfrutada con total malicia.
Inspirado en Andra B
ANON
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