La primera vez que terminé dentro
Recomiendo leer la primera parte de Terreno Baldío para que le agarres saborcito a este segundo capítulo.
Luego de esa primera ocasión en el terreno baldío, yo pensé ya no sería tan sencillo coger con ella, pues dejó claro que tenía vato; pero nada, era demasiado el tiempo que pasaba entre cada miraba a su pareja y creo que ayudé a despertar el gusto por la cogedera. Luego de la vuelta al lago, pasaron yo creo un par de semanas antes de volvernos a ver y luego cada vez era mas frecuente que pasara por ella al salir de la chamba y nos fuéramos a un motel que estaba cercano a su casa y que además era bastante lindo el lugar. A mi depa no la quería llevar, porque sentía que luego de eso sería complicado para mí cuando terminara todo. Nos poníamos de acuerdo por whats, a veces ella misma me lo pedía. Yo creo que comenzamos a irnos al motel unas tres veces a la semana. Le poníamos con ganas a la cogedera y luego a cenar y pasaba a dejarla a su casa. A veces salía su mamá y se me quedaba mirando bien cabrón. Yo solo la dejaba y de lejos saludaba a la señora.
Un día, en la plática de cama, luego de coger, le pregunté si la doña no se la hacía de pedo, me dijo que la señora, solo le dijo un día: no seas pendeja, si quieres cogerte a otros cabrones por mi esta bien, pero ten cuidado, que no se entere tu novio, porque ahí yo no sé que pueda pasar.
Un domingo en la mañana me buscó y me dijo como siempre que quería coger: ¿qué harás hoy en la tarde? ¿un encerrón o te pandeas?. Pa’luego es tarde mamacita hermosa, le contesté. A qué horas te miro?, vente por mi ya que baje el sol, como a las 7, no te tardes, quiero que veas algo y me digas que opinas, antes de irnos. Me llenó de intriga, pero no pregunté más.
Ya como a esa hora me acerqué a su casa y le marqué como en otras ocasiones en que iba ahí, para esperar a que saliera. Me contestó y me dijo que la aguantara unos minutos, que todavía no terminaba de arreglarse, que algo la había entretenido mucho; que me pasara, no había nadie en su casa. Pues ni pedo, no me gustó mucho la idea, nunca había pasado de la puerta, pero me bajé y me acomodé en la sala. Me maquillo y bajo me dijo y se subió a su cuarto supongo. Estaba entretenido en el cel, cuando luego de unos 10 minutos yo creo, escuché tacones bajando por la escalera, instintivamente giré mi cara para verla y para mi deleite y placer, venía bajando vestida con un traje de felina, que dejaba verle las tetas por su transparencia y su tanguita casi toda a la vista por la faldita super sexy que tenía. Traía un adorno para el pelo con orejitas de gatita, un antifaz de gatita también y unos guantes en forma de garra. Se miraba buenísima y por supuesto que mi verga se me puso al mil por hora.
Te gusta papacito? Me preguntó, me vuelve loco mi chula, le respondí, que hasta me dan ganas de cogerte aquí mismo. Pues no te detengas, esa era la sorpresita que te quería dar, hoy es cumpleaños de un hermano de mi papá y cuando vamos a esos festejos, regresamos hasta ya muy tarde, o sea que tenemos unas 2 o 3 horas para nosotros toda esta casa. Wow, el garrote mas duro lo sentí. Ya me veía ensartándole toda mi verga en su puchita. Para disimular le pregunté: y tu porque no fuiste? “me duele la cabeza” desde la mañana, y soltó una risita bien pícara. Todo lo tenía planeado. Eso me prendió aún más y la jalé al sillón, se sentó de frente a mí en mis piernas y nos comenzamos a besar bien cachondamente. Mis manos buscaron sus tetas tan ricamente hermosas. Ella sentía mi verga ya bien parada y se comenzó a dar tallones por encima de mi pantalón. Ella se separó un poco de mí y me comenzó a quitar el pantalón, mi verga saltó del boxer. Me quité la playera, bien cachonda fue bajando a besos hasta quedar incadita frente a mi verga.
Quiero mamarte el pito me dijo, tengo ganas de saborear tu verga en mi boca, me la das? Y yo no mames, ya no te detengas, chupamela ya, mi verga necesita sentir tus labios. Se acercó a la cabecita de mi fierro, comenzó a besarlo con delicadeza y volteaba la mirada para verme, lo loco que me estaba poniendo. Se metía solo la cabecita un poco a su boca y la sacaba. Era hermoso verla ahí, de rodillas disfrutando mi verga y dándome ese placer. Poco a poco comenzó a subirle de velocidad a la mamadita, ensalivaba mi pito, lo chupaba rápido, se detenía y lo besaba desde el tronco hasta la punta, volvía a chuparlo, lo agarraba con su manita, lo hacía a un lado y se dirigía a mis webos para chuparlos y acariciarlos. Le quité la parte de arriba del disfraz, dejé que sus tetas estuvieran libres y con ellas se acomodó mi verga para comenzarme a dar una rusa que con cada tallón que daba me acercaba mas a darle mi leche. Ella supo lo que estaba provocándome. Me quieres dar tu lechita ya papacito? Me preguntó con una voz tan sensual que no supe si respondí o solo pensé en mi mente decirle que si, porque con su misma mano continuó jalándome el pito en lo que me preguntaba y fue inevitable, no pude contenerme mas y comencé a arrojar mi semen sin control. Los primeros chisguetes sin duda salieron disparados en cualquier rumbo. Luego ella con su manita, los dirigió a sus tetas, a su cara, y seguía masturbándome, acercó su boca y se metió mi cabeza para chuparme y extraerme toda la leche que pudo.
Cuando notó que había terminado mi corrida, me dijo, sonriendo, te gustó?, disfrutaste el regalito que te dí hoy?. Mi sonrisa de oreja a oreja hizo que tuviera la respuesta a sus preguntas. Que lindo fue sentir toda tu calentura hoy mi amor, me dijo. Pero necesito que te repongas, porque ahora sigo yo. Y se levantó y me jaló con su manita, llena de leche aún, para arriba. Ahí en la sala quedó toda mi ropa y lo que le quité a ella, tirado todo.
Entramos a su cuarto. Era bastante grande. Había dos camas individuales. Espérame poquito, me dijo y me señaló una de las camas. Voy a limpiarme, en lo que tu recuperas energías. Entró al baño y yo comencé a curiosear el cuarto. Ví que en el buró de la otra cama y en unas repisas, estaban fotos de otra chica, su hermana. La verdad estaba mas rica aún que mi vieja. Vi que había dos closets supuse uno para cada una. Cuando regresó, me llevó una botellita con agua de un frigobar que tenían ahí y me comenzó a platicar que su hermana había regresado a la casa de sus papás, porque se divorció de su vato, que sus papás la recibieron y le dieron ese espacio, porque regresó sin haber tenido hijos y así. Estábamos en el chismorreo, cuando ella misma me puso la mano en la verga y me dijo, que mi guapo, listo para otro?. Aunque no me sentía del todo recuperado, no le iba a decir que no. Claro que si mamacita. Pero ahora deja te hago feliz primero yo a ti, le dije al momento que le quitaba la falda y la tanga que aún traía puesta. La aventé a la cama y con mi boca fui recorriendo poco a poco su cuerpo hasta llegar a su pubis. Ahí la besé, la acaricié y sentí como se ponía chinita. Bajé un poco mas y con mi lengua busqué su hoyito de placer, lanzó un gemidito rico cuando comencé a explorar su vagina, estaba super mojadita. Sus juguitos sabía a gloria.
Mi lengua comenzó a hacer su trabajo y ella se retorcía de placer, alzaba su puchita para facilitar metiera mas mi lengua, chupaba, si clítoris, lamía, le daba unos pequeños golpecitos para excitarla mas y ella loca de placer. Me tomó la cabeza luego de unos minutos, con sus manos y sentí como alcanzó su primer orgasmo esa tarde. Chinita toda su piel. Pero su puchita se hizo humedeció con ganas. No era un squirt, pero si toda su panocha estaba mas que mojada.
Para ese momento mi verga ya se había recuperado por completo y ya deseaba ensartarla. Me puse un condón que había tomado de mi pantalón y en la orilla de la cama, abrí sus piernas y le dejé caer mi camote. Fue asi sin compasión, ella ya estaba mas que lista para recibir mis embestidas. Solo los primeros ensartones fueron lentones, luego todo fue un mete saca con frenesí. Comenzó a gritar, como cuando nos encerramos en el hotel. Unos gritos de placer cada que mi verga estaba sambutida en toda su panocha. Si, cógeme, dame mas verga. Ensártala más adentro. No me la saques. Métemela mas papacito. Y asi, sus gritos eran super lujuriosos. Estaba irreconocible ese día, toda una verdadera putita que se estaba entregando con absoluta lujuria. No tardó mucho en alcanzar su segundo orgasmo. Se retorció y grito como loca cuando estaba en el éxtasis total.
Cuando pasó, se quiso levantar de la cama. Me aventó a mi en la orilla y ella se encaramó para cabalgarme. Se ensartó con cuidado la verga y sin mas comenzó a cabalgar cada vez mas fuerte y cada vez mas profundo. Sus gritos y gemidos eran espectaculares. Nuevamente otra corrida ese día. Se sacó el pito cuando pasó su orgasmo y me acomodó un poco en la cama, igual yo tirado boca arriba y ella me dio la espalda para volverse a subir a montar mi verga. Era maravilloso ver sus nalgas moviéndose tan frenéticamente en mi verga. Ella gritaba y gemía, yo creí que llegaría al orgasmo, pero ella misma me dijo que en esa posición nunca llegaba, se sacó la verga y se dio vuelta para volver a montarme de frente. En eso escuché que se estacionó un carro, su ventana estaba abierta y la colonia como comenté en el relato anterior, era muy sola, por lo que fue notorio el ruido y ahí en la puerta. Alguien llegó dije, asustado. Sabe exclamó. La levanté así sin sacarle mi verga “para agarrarla de patitas de ángel”, pero en realidad quería acercarme a la ventana a ver. En esa posición se excitó mas aún y sus gemidos eran mas sonoros. Al acercarme a la ventana, ví que era su hermana y su mamá, que estaban en el carro. Apuntaban a la ventana. Valió madre todo pensé. Ahorita habrá pedos. Pero a ella no le importaba, alcanzó otro orgasmo en esa postura.
La acerqué a la cama y la recosté. Escuché que abrieron la puerta de la casa y yo escamadísimo. Ella risa y risa viendo mi cara. No te preocupes, no pasará nada, solo fue lo que me dijo. Pero a los pocos segundos se volvió a escuchar que cerraron la puerta de la cochera. Arrancó el carro y se fue. Te dije, no pasaría nada. Mi verga ya se me estaba bajando del susto. Qué pasó papi? Te asustaste? Y se agachó a mamarme el pito de nueva cuenta. Yo a los pocos segundos ya tenia la verga listísima y a concentrarse en la cogedera. La puse de perrito y ahí viendo el panorama hacia la calle, mi verga comenzó a atravesar cada milímetro de su puchita. Ella paraba su culo para facilitar la ensartada y luego de unos primeros empujones, volvimos a la locura de la ensartada sin control. Vergazos, nalgadas, apretones de nalgas, gritos, gemidos todo fue la locura. No alcazó a llegar al orgasmo. Se sacó la verga y me sentó recargado con mi espalda en la cabecera de la cama. Me abrió las piernas y ella se acomodó de espaldas entre mis piernas para darse de sentones en mi camote. Era la locura total ver como se salia completamente mi verga de su panocha y luego ella misma se dejaba caer hasta lo mas adentro que podía. Ya estaba casi por llegar a darle de nuevo la leche. Se lo dije, quiero darte mi semen. Si por favor, ya. Pero hizo algo que no esperaba, me quitó el condón con la mano y me dijo, dámela adentro toda por favor. La necesito. No mames. Parece que le habló a mi pito, en cuanto se sentó en él de nuevo, ya no dejé que se saliera, comencé a arrojarle chorros incontenibles de leche adentro de su vagina. Parecía que llevaba meses sin deslecharme. Eran chorros los que sentía que le dejaba adentro y ella con sus gritos y gemidos me hizo saber que estaba de nuevo en otro orgasmo. Cuando sintió que mi corrida ya estaba terminando, se sacó la verga y se volteó en cuatro para terminar de limpiarme y extraerme la última gota de semen con su boquita.
Cuando terminó de limpiarme con su boca, se tiró boca arriba con cuidado, en la cama y miré como dejó toda embarrada la cama con mis mecos. No me equivoqué, fue tanta la leche que le aventé que escurría de su panocha. Nos recostamos y sentí como se quedó dormida, pero su sonrisa me decía lo mucho que había disfrutado. Luego de un rato, vi la hora, ya iba para las 12. Le dije que me iba a retirar, bajé por mi ropa y me metí a darme un baño, cuando salí del baño escuché que llegó un carro, me asomé y era solo su hermana. Me cambié y ella se puso solo una bata para acompañarme a la salida. Cuando salí, saludé a su hermana que ni caso me hizo. Me retiré. Ese día llegué a la casa y me tiré a dormir. Al otro día me llamó por la mañana, entre risa y risa para decirme lo mucho que me había disfrutado y que había sido lindo que terminara en ella. Hasta ese momento me cayó el veinte de lo que había hecho. Me quedé helado. Ella como que percibió el silencio y me dijo: no te preocupes, si salgo embarazada no exigiré nada de ti y soltó la carcajada. Jajaja me baja entre hoy o mañana, así que es muy remoto eso. Y ya soltamos la risa.
Le pregunté si había tenido pedos con su familia. Me dijo que su mamá se enfadó porque llegó a la fiesta una tia con la que tiene pleito de años y que quería venirse a la casa y papá no. Que le pidió a la hermana que la llevara, pero que cuando llegaron, escucharon los gemidos y su mamá no quiso entrar, se regresaron a la fiesta. Su hermana se regresó antes a casa porque tenia que trabajar temprano. Que luego de que me fui, su hermana subió al cuarto y que le dijo: no mames wey, estoy apesta a cogedera. Hay leche por toda tu cama pendeja. Limpia el cuarto tengo sueño. Y que al final entre las dos limpiaron. Que ya por la mañana no vio a su mamá pues a la hora que sale a la chamba sus papás no están despiertos.
Seguimos cogiendo por unas cuantas semanas mas, hasta que un día me dijo: esta será la ultima vez que cogemos. Yo estoy comprometida desde antes de ir al lago contigo, me casó en dos meses. Quería darme un último gusto antes de casarme y fue maravilloso todo lo que me enseñaste en estas semanas de tanto sexo desenfrenado. Hice contigo cosas que jamás pensé hacer con un hombre, pero también aprendí a disfrutar tanto el sexo que creo que será difícil olvidarlo. Muchas gracias por todo, pero aquí se acaba esta parte de nosotros. Eso si, si no te incomoda quiero que vengas a mi boda, como un amigo, pero no vengas solo porfa. Y fue todo.
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