Era domingo. Me levanté y fui a la cocina a hacerme un café. Me quedé sorprendido porque mi hermana estaba en la cocina en pelotas.
– Mari, qué haces desnuda?
– Me gusta ir desnuda por casa. No te importa, verdad?
– En absoluto. Veo que te depilas entera.
– Si, te gusto?
– Mucho
– Anda acercate y dame dos besos.
Me acerqué a ella y me abrazó pegando sus tetas a mi pecho y su pubis a mi pene. Inmediatamente tuve una erección.
– Veo que se te ha puesto dura. Sabes que me gustaría hacer? Follar contigo. Quieres?
Me bajé los calzoncillos y ella me cogió por el pene arrastrandome a su habitación.
Continuara…
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