Anoche soplé cincuenta velas en una enorme torta de crema y chocolate, rodeada de mis afectos, mi esposo, mis hijas, mis yernos, mi hermano con su familia, y mi mamá, ya que papá nos dejó hace un tiempo
Medio siglo, como pasa el tiempo, todo el repaso de una vida vivida
Y por supuesto, entre tantos recuerdos, también llegaron los referidos a mi vida sexual, y con ello, mi padrastro
Y tengo que ser honesta conmigo misma, porque amo a mi esposo con todo el corazón, pero el recuerdo sexual del que fuera la pareja de mi madre lo llevaré a la tumba, para toda la eternidad
No me acosté con muchos hombres a lo largo de mi vida, pero fueron los suficientes como para asegurar que la verga de Juan José y la manera en la que me cogería sería tan única como incomparable
Tengo muy marcado el día en que papá se fue de casa, a pesar que yo apenas tenía cinco años, él me trataba como una princesa, pero las cosas entre ellos iban como perro y gato, mi madre siempre fue una mujer complicada, lo perseguía con sus celos enfermizos, o por discusiones de dinero, o hasta incluso por sus propios problemas
Y siempre entendí a mi papá, mi madre siempre fue una mala persona, aunque sea mi madre, esa es la realidad, y mi papá, siempre fue un padre presente, aunque entre ellos las cosas nunca se solucionaron
En algún tiempo mamá rehízo su pareja y con ello, llegaría mi primer padrastro, en algún tiempo más una nueva separación y otro hombre más adelante, hasta que llegaría Juan José o simplemente Juanjo, cuando yo ya tenía dieciséis y ya era toda una mujercita
Juanjo era un hombre interesante, era apuesto, alto, de manos grandes, simpático, halagador, me gustaba como padrastro, como el hombre que había elegido mamá y cuando me metí de novia con Franco, mi chico de esos días, un poco inconscientemente busqué en él un parecido a lo que el hombre de mi mamá me despertaba
Y con Juanjo se daría una situación especial que no se había dado con los otros que mi madre había compartido su vida, claro, en esos días yo ya era una mujer, con cuerpo de mujer, con pensamientos de mujer, ya no era una nenita, y el uniforme escolar con esa cortita falda tableada, me dejaba ver más como a una puta calienta pijas que como una chica de estudios
Al convivir los tres bajo el mismo techo se daban esa situaciones del día a día, cosas de familia, pero claro, el nunca sería mi padre, y cruzábamos sonrisas, palabras, charlas, y situaciones y roces que se hacían peligrosos
El manejaba un remisse por lo que no tenía horarios fijos, generalmente, cada mañana me alcanzaba al colegio antes de emprender su jornada. También sabía algunos secretos, por labios de mamá, como que no usaba ropa interior y que, según decía tenía una pija enorme
Él también tenía algunos secretos para conmigo, sabía que guardaba algunas de las fotos sexis que solía subir a mis redes, también lo había sorprendido varias veces observándome con ojos de lobo, en esos días en que tomaba sol, o cuando salía enfundada en algún vestido ajustado con Franco, el que era mi chico en esos días, y hasta los detalles de la forma en que me miraba discretamente las piernas denudas por debajo de la pollerita, en esos días de colegio
Todo se daría justamente por mi madre, sin quererlo, ella era ama de casa y compartía todos sus minutos bajo el mismo techo, pero por medio de una amiga había conseguido un trabajito en un mercado a unas cuadras de casa, ella siempre había querido ser independiente y un poco era cierto que con lo que traía Juanjo con el remisse, la pasábamos justo, justo para vivir apenas decentemente
Y esta nueva situación solo haría posible una libertad horaria entre mi padrastro y yo, y una intimidad en ausencia de mi madre, que hasta ese momento no había sido posible
Esa noche Juanjo había trabajado, toda la noche, a veces tomaba ese turno, cuando de día hacía mucho calor, la mañana siguiente, recuerdo levantarme mientras mamá ya en la cocina había preparado el desayuno, ella entraba temprano a trabajar y apenas nos cruzamos en el comedor mientras ella ya se iba y yo recién llegaba.
Como cada mañana, tomaba el café con leche, sola, ya vestida para partir al colegio, repasando en mi cabecita una lección que tendría esa mañana, hasta que de repente los ronquidos de Juanjo me sacaron del letargo, roncaba tan fuerte que me provocó un poco de risa y un poco de intriga
Con curiosidad de mujer, me acerqué con sigila al dormitorio, la puerta estaba entornada, y en puntas de pie me metí lentamente, en penumbras, es que la situación entre nosotros había tenido tantos roces indirectos e indiscretos que solo se me hizo inevitable
El dormía boca arriba, y como yo imaginaba, completamente desnudo, tuve la necesidad de acercarme aún más, y.… guau! nunca olvidaré ese momento, su verga estaba enorme, dura, el glande le pasaba la línea del ombligo, era un misil y un previsible prepucio corto hacía que el glande estuviera casi desnudo, unas hermosas venas lo recorrían de arriba a abajo y unos lindos testículos depilados brillaban en la casi oscuridad del cuarto
Me mordí los labios, solo me arrodillé a un lado y me acerqué aún más todavía…
Solo se la besé, suavemente, una vez, otra y esa verga era monstruosamente atractiva, me estremecí al sentirla en mi boca, me mojé y sentí la erección de mis pezones bajo el sostén como el punzar de mi clítoris entre mis piernas
Juanjo abrió los ojos y no pudo creer la sorpresa, pero no dijo nada, solo me dejo chupar y chupar
Estaba engolosinada, es que esa verga era impresionante, y no me alcanzaba ni la boca ni las manos para contenerla
La pareja de mamá, entonces, me tomó con sus manos, por las colitas que me hacía en el cabello y solo me tiró hacia abajo, y me obligó a engullir todo, sintiendo ese glande pasar por mi garganta, hasta llegar con mis labios hasta su pubis
Y empecé en un trabajo de mete y saca donde me retiraba hasta la punta para que el me jalara nuevamente hasta el fondo, tan larga como era y cuando lo sentí eyacular solo me quedé inmóvil con su verga toda incrustada en el fondo, mientras sentía inundar mi sexo en placer ya incontenible
Puta como tu madre… – dijo él mientras yo le regalaba una sonrisa, notando cuanto le había gustado, pero casi de inmediato, cambiando de idea me apartó diciendo
Esto está mal, estás loca? soy tu padrastro y vos no dejas de ser una chiquilla malcriada, que te propones?
Pero ya cumplí dieciocho – retruque – ya soy mayor de edad
No importa, por mas que seas mayor de edad no dejas de ser una mocosa que no sabe ni lavarse la bombacha
Y toda la situación perfecta se quebró en un abrir y cerrar de ojos, él trató de hablar para hacerme notar la situación, pero ciertamente yo era inmadura y me sentí molesta y herida por su rechazo, al punto de no hablarle en todo el día
Recuerdo que por la noche, quedaría en salir con mi novio, con Franco, solo por la calentura que tenía en las entrañas, solo quería chuparle la pija, aunque no fuera ni la mitad de larga ni la mitad de gruesa, aunque él no imaginara que mientras se la chupaba solo imaginaba la enorme pija de mi padrastro, pero de todas formas tan mal no le fue, se la chupé hasta que me acabó todo en la boca, y tragué todos su jugos, solo seguí hasta que eyaculara por segunda vez, y por tercera, y cuando llegó por cuarta vez me di por satisfecha
Franco no podía creer que le hiciera cuatro mamadas consecutivas y que me tragara todos su jugos, pero no podía romperle el corazón y decirle lo que en verdad pasaba por mi cabeza
La situación sufriría un impase por corto tiempo, Juanjo prefería evadirme, trabajaba mucho con el coche, parecía que quería borrar lo que había sucedido, como si nunca hubiese ocurrido, y era evidente que se mostraba incómodo cuando mamá estaba presente, en un triángulo sexual en el que ella era una lógica ignorante de lo que había sucedido
Y sería yo la que nuevamente daría el paso al pecado, la verga de ese hombre la tenía entre ceja y ceja
Casualmente sería un sábado, donde mamá no trabajaba, yo no tenía días de clases y la vida alinearía los planetas
Por la tarde, él estaba dando vueltas con su remisse, estábamos mamá y yo en la casa, ella se estaba arreglando muy bonita, me dijo que tendría tarde de amigas en el shopping y solo la veía pasar de un lado a otro hasta que me despidió con un beso en la mejilla
Claro, era sábado y yo también saldría por la noche con mi novio, así que a la tardecita fui por una ducha
Salí del baño apenas con una tanguita blanca, solo con eso, con mis cabellos húmedos, descalza, y mis pechos desnudos, sin percibir que Juanjo había regresado, y ese choque visual fue impactante para él, y fue evidente que había sido todo casual
El trató de desviar la mirada, trató de evitarme, pero su lado masculino no podía hacerlo, y yo estaba re caliente con ese hombre.
Fui directa, sobre él, casi acosándolo lo empujé a sentarse sobre una de las sillas, Juanjo no quería, pero tampoco hacía nada por evadirme, busqué rápido soltar la hebilla de su cinturón y bajar un poco sus pantalones, su verga estaba ahí, a mitad camino, y solo con unas caricias estaba ya enorme, pasé una pierna al otro lado, para sentarme sobre él, solo corrí la tanga, apunté, y la dejé deslizar, guau! era enorme! poco a poco, despacio, tenía miedo a que me lastimara, pero conforme me acomodé, noté que mis piernas hacían tope con las de Juanjo, me había entrado toda! ahhh!
Empecé a gemir con los movimientos, lo rodee con mis brazos por el cuello y lo besé una y otra vez con esos besos calientes, puse mis pechos desnudos en su boca, porque él parecía no avanzar, y luego llevé sus manos a mis glúteos para me acariciara
En el silencio del hogar solo se sentían mis gritos descontrolados, nunca una verga me había enloquecido de esa manera, nunca había sentido un dolor tan placentero, él solo me dejaba hacer y noté que llevaba uno de sus dedos a mi esfínter e intentaba colarlo, entonces lo aparté y recriminé
No… es virgen…
En realidad lo hice por mi, no por él, es que estaba tan caliente que no hubiera podido decir que no, si él seguía insistiendo, y solo seguí moviéndome
Cuando lo sentí venir, solo salí y fui de rodillas a masturbarlo con ganas, aployando el glande sobre mi lengua sedienta de leche, mirándolo a los ojos, mientras él me devolvía la mirada, apenas sentí que llegaba solo me la metí toda hasta el fondo dejando que descargara sus jugos en mi garganta, mientras él me sostenía bien fuerte por la boca para que cediera ni un centímetro. Seguí chupándosela un rato, hasta que perdió erección
Me di por satisfecha, Y Juanjo volvió a sentir la cruz sobre sus hombros, sabía que lo metía en una encrucijada, porque no podía resistirse, no podía evitarlo, y me decía que estaba mal, incluso me preguntaba si a mi no me remordía la conciencia, estaba haciendo cornuda a mi propia madre, pero aunque suene cruel, no, no me importaba, estaba ciega por esa verga y ahora que la había probado sería peor todavía
La semana siguiente no sería la semana que había imaginado, menos después de la cogida que le había dado, lejos de lo pensado, Juanjo se mostraba aun más distante, indiferente, más si estaba mi madre delante, por lo bajo, me decía que estaba loca, que era una mocosa inmadura, y que solo ya no quería tener problemas
Y me molestaba sobremanera que me viera como una nenita boba, como una chiquilla de colegio secundario, porque yo ya tenía cuerpo de mujer, era toda una mujer que pronto empezaría la facultad
Así que un día tejí la tela araña, sabía de horarios, sabía que mamá no estaría en casa, sabía que el vendría y sabía que nos cruzaríamos
Llegué del colegio, no tenía mucho tiempo, deje los libros de lado, fui presurosa al baño y me rasuré toda la conchita por completo, pues si me veía como nena sería una nena, luego fui a revolver los cajones de mamá, encontré un liguero negro y unas medias blancas, me lo puse junto a unos zapatos tacos altos que yo tenía, pues como quería que me viera como mujer sería una mujer, me levanté adrede la falda del colegio dejando la mitad de mi culo desnudo, también quería provocarlo como una puta y sería su puta
Cuando lo sentí llegar me puse de espaldas, para que viera mi culo enorme a su disposición, él captó el mensaje y me dijo que era una perra mientras tiraba las llaves del coche sobre la mesa, solo me sonreí entornando la cara para verlo de reojo
Vino sobre mi, recargando su cuerpo contra mi espalda, lo sentía jadear como lobo en mi nuca, me acariciaba los cabellos y una mano se coló bajo mis ropas, por mis tetas, refregaba su sable por mis nalgas, lo sentía endurecerse con rapidez, tiró de la camisa, los botones saltaron descontrolados por el piso, rodaron, me excitó mucho
Luego hurgó por el frente de mi tanga y al notarme depilada susurró
Sos una puta calienta pijas…
El me mantenía inmovilizada, contra el frente del escritorio y no me permitía hacer mucho
Ahora vas a ver… – dijo – y luego de hacer la tanga a un lado me metió un par de dedos en la concha, arrancándome un suspiro, pero luego me los llevó por detrás e intentó enterrármelos
Para… – le dije – por la cola no…
Pero el hizo fuerza y pareció no importarle, luego esos dedos, me los metió en la boca para que se los chupara y volvió a mi culito, me estaba dilatando, me estaba doliendo
No… no… – traté de evitarlo –
Pero luego de un rato sentí su glande tratando de forzar mi entrada, y mi pobre culito cediendo el paso con demasiado sacrificio
No… no… – repetía – es muy gruesa…
Pero él solo me la daba por detrás y me hablaba al oído
Ahí tenés puta, después de comerte esta te podrás comer cualquiera, te lo voy a dejar bien abierto…
Ahh!!! que diablos, me encantaba como me rompía el culo hasta que de pronto me la sacó, me giró y me obligó a arrodillarme
Casi sin mi consentimiento ahora me la metió en la boca y solo se vino en ella como de costumbre…
Después de esa jornada donde entregué lo ultimo virgen que me quedaba, donde Juanjo por primera vez había tomado la iniciativa, nos transformaríamos en amantes secretos, a espaldas de mi madre, de su mujer
El tomaba toda mi juventud, yo toda su experiencia, me encantaba que me cogiera, a cualquier momento, en cualquier lugar, por cualquier agujero, estaba de rodillas antes esa terrible pija
Pero las cosas empezaron a torcerse, claro, él era hombre y solo quería cogerme, un camino en el cual yo misma lo había metido, pero sin darme cuenta yo me estaba enamorando de él
Y comprobaría que todo eso que odiaba de mi madre, en verdad lo llevaba en mis genes, empecé a celarlo, no quería ser a tercera entre mama y él, no me agradaba verlos besarse, acariciarse, ni siquiera mirarse, Juanjo, trataba de todas las maneras posibles de hacerme ver como en realidad eran las cosas pero como dice el dicho no hay más ciego que el que no quiere ver
Empecé a comportarme como chiquilla caprichosa, me iba mal en el colegio, discutía con todos y por todos, le hacía a él planteos ciertamente ridículos, sobre un futuro juntos pero Juanjo me decía que eso solo estaba en mi cabeza
Una y otra vez trataba de alejarme de su lado, pero cada vez que me metía esa pija en cualquiera de mis agujeros, cada vez que tragaba sus jugos, cada vez que me comía la conchita con sus labios, cada vez que me besaba, cada vez que me acariciaba los cabellos, cada vez que me miraba, cada vez…
Era solo tirar nafta al fuego y enloquecerme una y otra vez
Pensaba cortar con Franco, mi novio, pero sería él que me dejaría, para mi sorpresa, él no sabía que pasaba, pero sabía que algo pasaba y mejor no quería averiguarlo, me había transformado en una novia ausente, le era indiferente, y ya no había nada entre nosotros, ni siquiera el sexo de juventud, porque claro, yo solo quería coger con Juanjo, pero era un secreto que no podía confesar
Las cosas fueron cuesta abajo peor de lo pensado, hasta que llegó el punto de quiebre, cuando esa mañana el preparó la maleta con sus cosas y si para mamá fue duro, para mi fue peor, al menos ella pudo llorar, pero yo debí tragar mis lágrimas
Pasaron los días, no me resigné, fui por paradas típicas de remisses, preguntando y preguntando, di con él, Juanjo no podía creerlo, vivía en un apartamento pequeño en las afueras de la ciudad, me llevó a conocerlo y bueno, volvimos a coger…
Esa noche él me dijo
Julieta… es todo lo que puedo darte, sexo, no pretendas mas de mi…
Por casi dos años fuimos amantes en la clandestinidad, iba a visitarlo cada vez que tenía ganas, y yo era una chica con muchas ganas, que verga tenía ese hombre! y que bien me cogía! mis agujeros estaban moldeados a su medida, amaba eso, ser una conchuda, una culo roto, pero volvería a estropearlo todo
Es que quería más, no me alcanzaba con ser una extraña a las sombras, quería tenerlo en mi cama todas las noches, volví con el tema de un ‘nosotros’, de ‘un futuro’ y noté que mientras hablaba del tema, Juanjo solo más se alejaba
Y jugué las peores de mis cartas, fingir un embarazo, una estupidez, pero él no quería ser padre, no le interesaba y su única respuesta fue pensar en un aborto
Y ya fingir no fue fácil, él empezó con el tema de médicos y todo cayó como un castillo de naipes
Me ganaría el odio y el desprecio de Juanjo, me dijo de todo, que estaba enferma de la cabeza, loca, y que me olvidara de él, que solo había sido problemas en su vida, y esta vez si, lloré todas las lágrimas que nunca había podido llorar
Nunca más lo vi, nunca mas lo busque, nunca tuve el valor…
Y el mundo siguió girando, llegaron otros hombres, otros amores, un esposo, hijos, familia y ahora festejo medio siglo de vida…
Juanjo es como un fantasma, no existe, no lo ves, pero siempre está, lo siento, nunca me olvidaré de él, el hombre que me cogió como nadie…
Deja tu comentario en la casilla de comentarios o síguenos en Facebook, Instagram y Twitter