Bueno….esto paso en una fiesta de la empresa….ella era mi compañera de trabajo, es la fiesta que se hace cada año y bueno, yo oye un hombre maduro de 56 años soy bajito y gordito,
Y nos vimos, quedamos para comer, cuándo sé que lo único q teníamos eran ganas de comernos el uno al otro, me dió un beso en el pelo y un abrazo nada más verme, me dejé abrazar, le acaricié la espalda y sentí de nuevo la conexión al oler su pecho.
Luciana tenía un esposo y veinte amantes, los cuales sabía como repartirse. ¿Su cuerpo? su cuerpo no se saciaba nunca. A cada uno de ellos, le era infiel, pero cuanto los amaba! La cornamenta del esposo era más grande que los satélites que circundaban el planeta amarillo. Y los cuernos de sus amantes eran graciosos, por su tamaño; diminutos pero relucientes.