A la mañana siguiente me levanté más tarde que ellas, fui a buscar mi ropa pero no estaba en la silla donde la había dejado, así que me cubrí con una sábana y fui al salón a preguntarlas.
Como les decía mantuvo una relación amorosa con esta mujer con este portento de mujer Maya era delicioso compartir con ella tantos momentos de intimidad
Tanteando entre las sombras, di con el interruptor y encendí la lamparita al lado de la cama. Por un momento temí perturbarla ya que la luz le dio de lleno en plena cara pero el sueño de Rebeca era tan profundo que ni siquiera se enteró.