Habíamos ido a un viaje de capacitación junto con más compañeros de la empresa. No eran nuevos este tipo de viajes, generalmente la empresa nos convoca con varias semanas de anticipación y nos lleva a diferentes lugares en los cuales existen condiciones o gente que nos brinde las capacitaciones, pero además la empresa aprovecha este tipo de experiencias para otras actividades adicionales de socialización y es como una especie de premio a quienes se considera son los empleados mas dedicados o comprometidos con la chamba.
Durante varios años, ella y yo estuvimos viéndonos a escondidas, era así porque ella era casada, aunque fue sin intención, la relación se fue dando, pero luego de algún tiempo, yo pedí cambio de sucursal para evitar problemas con su pareja. Luego de eso, aunque coincidíamos en algunas reuniones o actividades, casi siempre me las ingeniaba para no interactuar mas allá de lo laboral con ella.
Los dos primeros días fueron intensos en la capacitación, todo el día, ya por la noche, si acaso bajaba un rato al bar con los compañeros, un trago y a descansar, el tercer día sería el de paseo y actividades recreativas. Luego del desayuno nos llevaron a una playa espectacular, pero no nos quedaríamos ahí porque no había lugares para comer, eso si, como íbamos ya de paseo, nos llevamos las hieleras hasta el tope de cerveza, así que para mediodía, la mayoría andábamos ya bastante alegres. De regreso al hotel, donde comeríamos y luego tendríamos la tarde libre para por la noche ir a una recepción que nos había preparado la empresa en un bar del hotel y con eso cerrábamos, por el alcohol o no lo sé, sin pensarlo fui y me senté junto a ella, se sorprendió pero no me hizo el feo ni nada, empezamos a platicar a bromear como si nunca hubiéramos dejado de hablarnos, como si todos los días platicáramos. Era el alcohol seguramente. Cuando llegamos al hotel, le di la mano al levantarnos y ella aceptó mi gesto. Bajamos y cada quien a su rollo.
Comí y me fui al cuarto. Mi compañero me dijo que él ya se iba a ir a seguirla con otros compañeros más, me invitaron por supuesto y les dije que si, pero me iba a dar un baño, porque me sentía muy sudado. Luego de que se fue mi compa, me metí a bañar y estaba en eso, cuando sonó mi cel, pensé que era mi compa para decirme si me esperaban o ese pedo. Me salí encuerado pues estaba solo a contestar y para mi sorpresa era ella en videollamada por whats. No sabía que hacer, pero como andaba aún con la pedita encima, le contesté así encuerado, me preguntó que qué hacía, le dije que me iba a meter a bañar, si ya miré me dijo y con su cara pícara hacía que me miraba para abajo, sin dudarlo me enfoqué la verga y ella, bromeó, señal de que se puso caliente. Que rico! Me dijo, sigue igualito a cuando me la ensartabas toda. Pues ven para que no la extrañes le contesté. Y fue cuando le cayó el veinte, oye me va a escuchar fulano (mi compa), no, le dije, se fue a seguirla, me dejó solito aquí abandonado. A poco, si quieres voy a hacerte compañía, ya estarías aquí, y me volví a enfocar la verga que ya se me había parado imaginando que me dijera que si, pero la neta para mi no era posible que fuera a ir. En cual cuarto estás? En tal, esperame ahí voy, deja abierta la puerta para no quedarme en el pasillo esperando a que me abras. Hay wey!!! Me la iba a coger!!! Rápido le hable a mi compa para verificar que ya se hubiera largado, me contestó desde el uber. Pasaron unos 7 u 8 minutos que se me hicieron eternos cuando ví la puerta abrirse, era ella, hermosa, medio peda también. Iba dispuesta a recibir unos buenos vergazos de mi parte.
La abracé apenas cerró la puerta, llevaba un shorcito y una blusa de playa sin mangas, mis brazos no se contuvieron, la jalé a mi, no me había puesto nada, estaba encuerado con el pito bien parado, la abracé y sin decir nada comenzamos a besarnos apasionadamente. Fue maravilloso sentir sus labios, su aliento, por primera vez en mucho tiempo. Unos cuantos minutos después, me empujó al sofá del cuarto y me tiró en él para bajarse a mamarme el pito. No fue tierna, se fue directo a mi verga como loca, la estaba disfrutando endemoniadamente caliente. La chupaba, se la tragaba enterita, la besaba, se bajaba a mis huevos, lamía, mordisqueaba, esta simplemente dándome la mamada de mi vida. Yo estaba en total y absoluto éxtasis. Pero estaba a punto de correrme de lo caliente que me estaba mamando el pito. Se lo dije, si sigues tres minutos mas asi, te voy a dar toda la leche. Se apartó casi inmediatamente, no papacito, quiero sentir tu verga adentro toda de mi. Y se levantó para comenzar a quitarse la ropa delante mio. Se quedó en su tanguita que se acababa de poner para mi antes de ir al cuarto. Me la modeló frente mio y yo estaba como pendejo admirando ese culo que tantas veces había visto cuando me la cogía de perrito, al que tantas veces había nalgueado en el pasado.
No aguanté, casi le arranqué la tanga, yo seguía sentado en la orilla del sofá, en cuanto su tanga cayó al piso, la senté de frente a mi en mis piernas y la hice que se dejara caer mi camote. Un solo golpe, en el que todo mi fierro se deslizó dentro de esa panocha que para ese momento estaba escurriendo de deseo. Su grito de placer al sentir mi verga dentro de ella fue maravilloso. No mames, como había extrañado tu verga adentro de mi. Cógeme por favor, cógeme, no pares. Y ella misma comenzó a cabalgarme, sus gritos, sus movimientos, la forma en que se retorcía con mi verga adentro de ella, en cada movimiento, eran algo que llevaba años queriendo sentir en mi vida. Fueron unos pocos minutos de cabalgarme cuando ella me gritó que se iba a correr, apenas terminó de decirlo cuando se puso tiesa, su piel se enchinó y sus ojitos se pusieron en blanco, estaba pasando por el primer orgasmo maravilloso de ese día. En cuanto pasó luego de unos instantes, me dijo, no mames, llevaba años sin sentir un orgasmo asi de hermoso provocado por una verga real. No chingues pensé, me esta choreando esta vieja, ahí tiene su marido. Pero ni tiempo tuve para seguir pensando, ella reanudó su cabalgata encima de mi.
De nuevo, los gritos, los movimientos desenfrenados sobre mi garrote, y saz, segundo orgasmo luego de otros minutos, sentí como se mojaba mi verga de lo rico que se vino. Me levanté del sofá con ella montada y en el aire sin dejarla poner un pie en el piso le empecé a ensartar mi garrote ella gritaba de placer. Estaba disfrutando mi cogida. En esa misma posición rapidísimo le saqué un tercer orgasmo. La puse de perrito en el sofá y ella obedientemente se puso en posición y me dejó ensartarla mientras disfrutaba la hermosa vista de su culo en el que se perdía de vista mi verga cada que la tenía adentro completita. Se me ocurrió sacársela completamente y de un golpe volvérsela a ensartar y asi, mete y saca completito, cada que se la sacaba, miraba como salían disparadas gotas de placer de su pucha calientísima. Luego de unos minutos, llegó el tan ansiado cuarto orgasmo. Me dijo, oye, años sin poder sentir mas de 2 orgasmos en una sola cogida, sólo tú has logrado eso de mi, no sé que me das, pero coger contigo es lo mas maravilloso que he tenido en la vida. No pares por favor, quiero mas verga.
La recosté en el sofá boca arriba y sin pensarlo la ensarté ella gritaba, disfrutaba cada ensartada, hasta que luego de un rato llegó el quinto orgasmo. Yo ya estaba llegando al momento de terminar. La llevé a la cama y ahí la puse de perrito de nuevo, le comencé a dar verga cada vez mas excitado, ya no me iba a contener la corrida. Luego de varios minutos con el mete saca y la gritadera, le dije, te daré mi leche, ya no aguanto, ella se sacó la verga de la panocha y se hincó debajo de mí, con su manita y su boca provocaron los últimos momentos antes de comenzar a lanzar lechazos por todos lados, ella feliz ponía su boca y dejaba que le cayera todo mi semen por su cara, su cuerpo, sus tetas. Tuve un orgasmo maravilloso, donde fue muchísima leche la que arrojé. Me mamó la verga hasta que ya no me dejó ni una sola gota. Estaba feliz ella, su enorme sonrisa y su mirada me lo gritaban. Caímos exhaustos a la cama, con su manita, recogía la leche de su cara de sus tetas y se la comía. No hizo falta ir por rollo, ella solita se comió todo el semen. Vimos la hora, nos aventamos casi dos horas en la cogedera. Nos recostamos un rato a descansar y luego, ella me dijo que se vestiría para ir a bañarse para arreglarse para la noche. Durante el descanso no hablamos de nada pasado, solo nos acariciamos, nos besamos, continuamos bebiendo.
Ya a la hora de la fiesta, nos fuimos bajando al bar – salón donde sería. La bebida, la comida fueron en bastedad. Después de la cena, la musiquita, rica para bailar, para disfrutar, generalmente nos levantamos todos, no hay parejas en la pista, somos compañeros, así fue esta ocasión también, ella poco a poco se fue acercando a donde yo estaba bailando. Entre la bebida que seguía fluyendo y la música, no sé en qué momento me quedé bailando con ella como pareja, nadie me dijo nada, ya pedos creo que ya nadie puso atención o no lo sé. Ya pasada la media noche, mi compa del cuarto se me acercó en una vuelta que ella tuvo al baño: compita, me dijo, esa morra está lista para que le ponga unos vergazos, llévesela al cuarto y chínguesela, yo me quedo aquí todo el tiempo que necesite. Yo la verdad, no había pensado en esa posibilidad, ya me la había cogido en la tarde, pero pues que mas daba. Regresé a la pista y continué bailando con ella una canción mas y le dije, que le quería ensartar de nuevo le verga y se la repegué, la traía ya bien parada, vamos a mi cuarto le dije. No manches ahí está fulano. Ntp, se irá a seguirla, no se ha hartado ya me dijo.
Me salí, la esperé afuerita del bar y la llevé de mi mano hasta mi cuarto. Al cerrar la puerta, no tardé nada en comenzar a quitarle la ropa, sus tetas eran riquísimas chuparlas. Sus nalgas acariciarlas, ya quería yo estar de nuevo con mi verga en ella. Solita se apresuró a bajar mi pantalón y se pegó a mi verga nuevamente, la tenía como en la tarde, como si llevara años sin cogérmela. Ella feliz disfrutaba mi fierro en su boca, era mucho el alcohol del día y era incontrolable el deseo y los instintos animales que nos cargábamos ya. Luego de un rato, la puse de rodillas en el sofá y desde atrás le empecé a dar sus ensartadas de camote, cada que se la dejaba caer eran gritos de placer que ella lanzaba por todo el cuarto, estaba feliz sintiendo mis camotazos. Destrúyeme la panocha, ensártame toda tu verga, no pares. Dame pito, dame. Y yo más caliente me ponía. En esa posición, fue inevitable que se corriera. Cuando pasó el orgasmo se sacó mi garrote, y me tiró en el sofá para montarme, de nueva cuenta, sus gritos y movimientos encima de mi verga me hacían saber lo mucho que estaba disfrutando ser cogida de esa manera, le daba nalgadas y ella se retorcía. Su panocha estaba que escurría a chorros de lo excitada que andaba. En esa posición se vino dos veces mas. Hasta ese momento la había llenado de orgasmos desde mediodía pero ella parecía no tener la mínima intención de parar. Yo tampoco, me hacía feliz ver lo que mi verga podía provocar en una hembra cuando la calientas de la manera en que debe hacerse.
Después de su último orgasmo, cambiamos de posición, la tiré en el sillón para ensartarla así, boca arriba, pero me dijo que tenía mucha sed debido a tanto grito y tanto que estaba sudando por la rica cogida que estábamos teniendo. Me levanté por su trago y para darle yo también al mío. Luego de rehidratarnos a seguirle, mi fierro estaba que explotaba de ganas ya de soltarle la leche, pero aún tenía ganas de sacarle un último orgasmo. Le levanté las patitas y miré como su pucha escurría de lo caliente que continuaba. Me coloqué en posición y le di sus primeras metidas de pito, se lo saqué completito y se lo volví a meter hasta lo mas profundo de su panocha, una vez, dos veces, tres veces, pero en la cuarta o quinta ocasión, por lo mojadísima que estaba y lo borrachos que ya andábamos, le fallé y me fui con mi verga directito a su culito hermoso. Pegó un gritotonon y se retorció de dolor, la verdad me asusté bien cabrón, pensé la había dañado físicamente. Ella se quejaba del dolor y yo sin saber que hacer. No sabía si llamar a urgencias o qué demonios hacer en ese caso. Como pude la recosté de lado en la cama pero la miraba y veía su cara llena de lagrimitas. Me pidió le tuviera paciencia, esperamos a que se relajara un poco y si, luego de unos 30 minutos se pudo mover un poco, pero me decía que le dolía, le ofrecí llevarla a urgencias médicas, me dijo que no, ni de broma. Ya como a la hora, se comenzó a vestir, me dijo que mejor se iría a su cuarto a intentar descansar. Me ofrecí a acompañarla, se negó rotundamente, me dijo que no quería llegar conmigo así a su cuarto.
Se fue, me quedé desesperado observándola en el pasillo, me acerqué al elevador cuando se metió a él. Estaba dos pisos arriba del mío. En cuanto llegó a su cuarto me mando un whats para decirme que ya estaba ahí, que se iba a tomar un medicamento para el dolor que traía, pero que era lo último que le quedaba. Al otro día por la mañana había que emprender el regreso. Me subí al autobús y miraba que todos iban abordando y ella no se asomaba, hasta que puse atención y venía sumamente despacio, hacía un esfuerzo por disimular y quizás si lo estaba haciendo con los demás, pero no conmigo. Yo sabía las razones. Fueron 8 horas de viaje de regreso en camión. En una parada le compré medicamentos mas fuertes. Mi preocupación ahora era cuando regresara a su casa. Luego de unos días me platicó que a su marido le inventó la historia de un sentón en el baño a la hora de bañarse y que parecía el marido lo creyó, pues no la intentó tocar en una semana, lo suficiente para que el dolor pasara. La siguiente vez que pudimos estar juntos, como 6 meses después, se animó a probar el sexo anal y desde entonces es inevitable que lo hagamos así cada que nos reencontramos.
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