De todas las tres hermanas, ella, sentía algo muy intenso en su sexo. Le gustaba mirarse al espejo cuando se bañaba, llevaba alguna banana algo que supliría la pija. Se masturbaba y lamía la banana mientras se tocaba la concha y las tetitas, chicas, pero merecedoras de atención futura. Terminaba cuando encendía la ducha y se pasaba el jabón acabándose.
Tenía pocos años. Había chupado pijas de compañeros de colegios pero, más allá de que le gustaba, ciertamente, quería más mucho más.
En su cumpleaños pasó por al lado de su tío un tipo de 43 años,muy cerca y le pasó el culo por su verga. El pantalón del tipo se hinchó. Pero dentro de él no sabía qué hacer, era su sobrina. No obstante ella, agacho, y mostró su culo descubierto en el vestido corto que lucía, A sabiendas que lo hacía para él, es que tuvo que contenerse pero le agarró ganas de hacer algo “prohibido” meter su verga grande en su sobrina, linda, con esas piernitas, ese culito, seguro virgen, ella, pero imaginaba la imaginaba desnudita. A su disposición.
Más tarde, luego de una tertulia que duró hasta las 4 de la mañana, sus hermanas se acostaron a charlar con unos pibes, ella se fue alejando por el parque, y empezó a tocarse la conchita y las tetas, abrió su vestido y de pronto: vio a su tío que sacaba una inmensa verga, estaba como enloquecido. Ella lo llamó con su mano, y él se acercó, le agarró la verga grandota y se agachó dejando caer el vestido para que se vean sus tetitas, y la empezó a chupar a la cabeza, el glande. Lo lamió y chupó cuánto pudo. Y se fue ergüiendo y él le acariciaba primero, luego le lamió y chupó sus tetas. Ella gemía, Él tenía miedo y le dijo que al otro día la pasaría a buscar luego de la escuela. Afirmando esa promesa se despidieron no sin un beso libidinoso entre ambos.
Ella se masturbó y tuvo que ponerse la almohada en la boca para que no se escuchen sus gritos.
Al otro día se encontraron, subió a su auto, fue a su casa, entraron y ella se desnudó por completo. No es posible contar las veces que fue cogida, la sangre que se limpió del himen, y luego todo lo que hicieron. Acabó arriba de ella, ella tomó de su semen caliente una y otra vez, gimió y gritó cuando acabó. Dos horas así cogiendo y siendo cogida la pendeja.
Quedó como un dulce recuerdo, que ella memorizaba cada vez que se bañaba. Se pajeaba y acababa. Se bañaba varias veces es de imaginar.
Cuando cumplió 16 años, pasó por el local de la Placita, y entró, tenía dinero ahorrado, compró sandalias de taco alto blancas, altos tacos, y una tanga hilo dental de color azul eléctrico, y corpiños, y salió de allí también con pintura de labios terracota indeleble, y para maquillarse. Un aceite que prometía placeres anales y vaginales, y fue a su casa en donde escondió toda esa parafernalia.
Se decidió salir a la noche, a ver qué pasaba. Lo que pase quería. Lo deseaba, cargó esas cosas en un bolso, y dijo a sus padres que saldría pero volvería un poco tarde era el “cumpleaños” de una compañera de escuela. Cerca.
Nadie desconfió. Ella salió de la escuela y tomó un colectivo hacia la Avenida Uruguay, altura Monteagudo, esa avenida era un fenómeno de putas muchas allí “paraban”. Ella las veía allí fumando, con ropa sexy y tacos esperando. Pero no se acercó empezó a caminar en sentido contrario. Despacio, y se vistió en el baño de una estación de servicio donde salió producida.
Sus taconeos, que había ensayado, salían muy bien, y sus caderas movían su culo. Ya era un culo no un culito. Así caminó, y de pronto paró un auto. Ella con sus cosas en la mano de la escuela, seguía caminando con un vestido muy ajustado blanco. El tipo desde adentro le abordó y le preguntó si quería que la lleve. No, le dijo, dale querida, le dijo, no querés pasar un rato conmigo. Cómo un rato? Ella dijo, y el tipo le dijo, creería que podemos pasarla bien, te voy a tratar bien, sos muy linda y jovencita, te voy a respetar. Ella se acercó al auto y él mostrándole un puñado de buen dinero, le dijo: por cuarenta y cinco minutos te llevó al motel, y ahí vemos qué hacemos, dale…Ella le dijo, y no soy una prostituta de esas que están más arriba, pero a ver, mostrame tu miembro. El tipo sacó de su pantalón desabrochándolo una verga no totalmente erecta, pero grande y ancha. Ella se fijó y le dijo, me va a hacer daño. Bueno, tengo algo para ponerte que va a hacer que no sufras en absoluto,dale…
Qué cosa? Le preguntó. Un polvito le dijo él, que yo tomo por la nariz y vos por tu conchita y tu ano, dale, te va a encantar…; crema no tenés le preguntó ella. Él le dijo, sí, un aceite.
Bueno, dijo ella, vamos llévame. Él abrió la puerta del acompañante y ella entró con sus tacos y sandalias que le quedaban muy guarra. Ël le pasó la mano por la pierna y quería guardar la verga, pero la piba la agarró antes y empezó a verla y acariciarla despació.
Él iba haciendo bromas y ella se reía y sentía su cajetita mojada.
Llegaron al motel. Él abrió su puerta y le dijo “andá entrá pero hacelo despació quiero escuchar tu taconeo y verte, dale “ Ella así lo hizo. Mientras se levantaba el vestido se veía su tanga de color azul hilo dental, un culito magnífico una concha…
Entró estaba todo oscuro se quedó en la puerta, él encendió las luces, y ella vio una gran cama King size inmensa, y luces que no encandilaban sino que eran de colores tenues y allí observó los espejos, arriba entero, y a los costados también. Entró el tipo. Y comenzó a acariciarla despacio. Ella sintió un poco de miedo, que fue superado por sus deseos sus ansias. Se dio la vuelta y vio el desnudo del tipo una inmensa verga grande y muy prometedora de todo…, ella fue y él la besó en la boca llevando su mano a su picho. Que ella tomó en la mano y acarició no terminaba nunca de grandota. Le pidió que la trate con delicadeza…
Él le fue sacando el vestido mientras acariciaba las tazas del pequeño corpiño, lo sacó y besó sus tetas, pequeñas, pero erguidas y los pezones calientes y también bien vistosamente parados. Le chupó las tetas, ella quedó en tanguita, y sintió su mano en su cola, en su concha, en su ano…Se empezó a calentar y confiar en el hombre.
Un rato largo le pareció, hasta que él le pasó la mano y los dedos bien por su cajetita, mojada y rojita. Buena vulva, siempre la tuvo…, y la levantó llevándola a la cama.
La puso al costado y comenzó a besarle el cuerpo, acariciarla toda, ella estaba cada vez más entregada, y sintió la gran punta de la verga en la tanga en la conchita. Completamente mojada y caliente. Comenzó a gemir, y se dio la vuelta él la esperaba con su verga erguida y ella llevó sus labios a la misma, donde la lamió a la punta y trató de metérsela hasta donde pudo. Le encantaba estaba mojada y caliente, ese jugo, siguió y sentía que él le corría la tanga y le daba lengüetazos, chupándosela. Ella empezó a gemir más y él le dijo podes gritar acá insultarme hacer lo que quieras amor….
De pronto se le ocurrió que la pija era muy rica y le gustó tanto que la cosa se puso dura, y salió leche mucha leche caliente, le cayó en el corpiño en el abdomen y puso su boca y la tomó era para ella exquisita. Lo que deseaba, Y ahí fue cuando le sacó la tanga y ella dijo, cógeme, dale dale haceme todo…
Ella lo guió con la pija, y él comenzó a ponerle el glande en la cajetita, caliente y mojada, le puso coca y luego aceite, ella sintió algo frío que le ardía la concha, y el aceite y le gustó mucho, él se la metió era grande pero ella sentía mucho placer, pidió más y más, él la cogió entera despacio, hasta que entró toda, y empezó a cogerla con cierta fuerza. Ella gemía de placer. Mucho. Pedía más, y estaba toda esa verga en su inmensidad de la concha, suplicaba que le acariciaba mientras la cogía, él le acarició desde los pequeños pies, pasando por sus piernas, llegando a su culo, su espalda mientras le seguía cogiendo como loco. De pronto la sacó y la acabó por la espalda el culo, todo, no quería embarazarla. Ella se dio la vuelta de espalda y le dijo: méteme el dedo en el culo, Él la colocó en el ano, ella gemía nuevamente, y sintió como la gran verga la cogía por detrás, allí se supo poderosa, magnífica, cogida, sometida por un gran macho.
Siguió cogida más de una hora, hasta que terminaron. Se besaron ella desnuda sentía los labios de él en su concha ardiente, pedía más esa sustancia, y luego aceite. Fue nuevamente cogida. Gozó tanto…
Así él le acercó a la casa, y ella dijo: me encantó amor.
Se despidieron.
Al otro día, quería de nuevo pero más, quería que sean dos los machos. Quería eso que le puso en los agujeros, nuevamente salió más temprano, y la levantó otro auto. Comenzó su carrera de puta, no se detendría jamás.
Particularmente le gustaba verse en los espejos, chupando y siendo cogida o lamida su concha, con esa cosa. No quería que termine nunca, quería más fuerza, más vergas grandes, su orto abierto, su concha grandota por las pijas. La gente empezó a conocerla, y la buscaban, ya tenía edad con 16 años para hacer lo que quisiera, fue creciendo en senos, en culo, la concha abierta y roja grande, y su ano estrellado esperaba pija. Nació otra mujer puta, que lo hacía con placer.
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