El Tercer Elemento

EL TERCER ELEMENTO
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Leidy, una mujer extrovertida, enfrenta problemas sexuales en su matrimonio. Su interés por Álvaro, un amigo de su esposo, complica la situación.

Leidy es una mujer extrovertida de 35 años con mucha energía, que contrajo matrimonio con Jerónimo hace 8 años en la ciudad. Aunque su matrimonio era feliz, enfrentaban problemas en su vida sexual debido a la falta de satisfacción por parte de él hacia los amplios deseos de Leidy, quien se identificaba como ninfómana, refugiada en ver pornografía y usar juguetes sexuales
Leidy siempre había tenido una fascinación por los penes grandes. Para Leidy, representaban la fortaleza y la majestuosidad de la naturaleza en su forma más pura, personificando para ella el arquetipo del macho alfa. Jerónimo, su esposo, compartía en cierta medida esta pasión, pero nunca la había visto tan entusiasmada como cuando descubrió algo especial sobre Álvaro, un viejo amigo de Jerónimo de 24 años que había conocido en el en la Universidad.
Un día, el joven Álvaro se había quedado en casa de Leidy y Jerónimo. Al salir de la ducha, se le cayó la toalla frente a Leidy, revelando ante sus ojos su enorme pene. Sorprendida, Leidy exclamó: “¡Dios mío!” Álvaro, algo avergonzado, se disculpó rápidamente, pero ella simplemente sonrió de manera pícara y coqueta.
En ese momento, ella afirmó entre risas: “¡Álvarito, eres flaquito y con semejante nepe!” Su comentario provocó una mezcla de sorpresa y diversión en la habitación, mientras Álvaro, sonrojado, intentaba ocultar su incomodidad con una sonrisa nerviosa.
Álvaro respondió entre risas: “¿En serio? ¿Te gusta?” Leidy no pudo contener su emoción y respondió con una sonrisa. Él continuó diciendo: “Sé que eres la mujer de mi amigo Jerónimo, pero no estás prohibida”, con un gesto coqueto mientras la miraba fijamente.
Leidy compartió emocionada la noticia con Jerónimo: “¡Amor! ¡Hoy vi a Álvaro sin toalla! Tiene un enorme nepe, ¡más grande que el tuyo!” Jerónimo, visiblemente sorprendido, respondió con interés: “¿Qué? ¡No puede ser!” aunque sin mostrar la misma euforia que su esposa.
La crisis matrimonial de Leidy y Jerónimo los llevó a buscar ayuda profesional y asistir a terapia con un especialista recomendado. Decidieron tomar este paso para resolver sus diferencias y fortalecer su relación, con la esperanza de encontrar soluciones y mejorar su vida juntos. En la terapia, se exploraron nuevas perspectivas, incluyendo la integración de una persona adicional en su dinámica familiar, con el propósito de ofrecer nuevas opciones de ella estar con otro hombre que pudiera satisfacer sus deseos sexuales.
Con el corazón latiendo de emoción, Leidy le propuso a Jerónimo incluir a Álvaro como un tercer elemento en su terapia matrimonial. “¿Qué te parece si él nos acompaña y tú me das permiso para estar con él y así liberar estos deseos?”, preguntó con determinación. Jerónimo, muy sorprendido y emocionado, respondió: “¿Cómo sería eso? ¿Él vendría aquí?”
“Podemos hablar con él, amor. Creo que es un joven de mente abierta y seguro que, por su edad, aceptará satisfactoriamente”, sugirió Leidy emocionada. “¿Quieres que lo cite a una reunión?”
Leidy tomó su móvil y llamó a Álvaro, informándole que necesitaba que viniera a su casa para reunirse con ellos. Álvaro aceptó sin problemas.
Álvaro llegó a casa de ellos, él iba luciendo muy elegante y oliendo muy bien. Con una estatura de 1.85 metros, era alto, delgado y atlético. Leidy lo miraba con emoción, impresionada por su apariencia. Álvaro llevaba una rosa en la mano para la esposa de Jerónimo y saludó con entusiasmo: “Hola a todos, gracias por invitarme a esta reunión”. Los tres avanzaron hacia la sala de la casa y entre sonrisas, los tres dieron inicio a la reunión.
Álvaro preguntó con curiosidad: “¿Para qué soy bueno?” Jerónimo respondió con cierta vacilación: “Amigo, pues analizando las cosas, te necesitamos.” Leidy intervino rápidamente, afirmando: “Sí, queremos que nos acompañes en nuestras terapias.” Álvaro, intrigado, preguntó: “¿Cómo sería eso? ¿Y por qué yo?” Leidy, con una sonrisa traviesa, respondió: “Eres tú, eres joven y con un nepe grande”, lo que hizo que Álvaro sonriera con vergüenza por el comentario.
Todos sonrieron cuando el chico preguntó: “¿Están seguros?” Qué loca propuesta, jamás pensé que ustedes me fueran a proponer estas cosas, ¡y más tú, Jerónimo, ¡que siempre te he visto como un señor educado y correcto! Jejejeje. Porque después de que tu esposa pruebe lo que tengo para ella, no va a querer dejar de hacerlo conmigo. Tengo una gran herramienta que deja temblando las piernas de las mujeres, jejejejeje, eso es lo que ellas me han dicho, jejejejeje.
Jeronimo respondió: “¿Seguro?” Leidy afirmó: “Sí, amor.” Alvaro y ella se rieron, jejejeje. Álvaro irrumpió y dijo: “Tranquilos, si quieren se los muestro para que lo vean en todo su esplendor, jejejejejej.” Jeronimo dijo: “Noo, jejejej, no es necesario, te creo,” con algo de miedo. Leidy dijo: “Ay no, amor, tú eres de mente abierta, dejemos que él nos muestre lo que tiene.” Todo de manera afirmativa dijeron que sí. En ese momento, Álvaro dijo: “Déjenme, voy al baño y ya regreso, jejejejjeje.”
Ellos esperaban atentamente cuando Álvaro apareció por el corredor, exhibiendo completamente su pene entre sus piernas. Jerónimo quedó muy sorprendido y aterrado al ver la superioridad de su amigo, mientras que ella se puso muy emocionada y colorada al ver nuevamente todo eso ahí disponible grande y grueso. Álvaro dijo: “Esto es lo que tengo para tu esposa, amigo Jerónimo. ¿Le das permiso de estar conmigo? Prometo atenderla muy bien.”
Jeronimo, nervioso y tartamudeando, dijo: “Bueno, está bien, jejejej.” Álvaro le dijo a Leidy: “Tranquila, tócalo delante de él, seré tu terapia.”, se acerco hacia donde ella, y sin parpadear miraba el nepe y cogiéndolo con la mano en presencia de Jerónimo, quien estaba atónito y no podía asimilar el momento, sentía mil emociones mientras ella estaba sentada y Álvaro de pie, y ella acariciaba su fortaleza con las manos.
En ese momento se pudo apreciar sobre el cuerpo del jovencito una gran mancha marrón de nacimiento en su espalda. que quedó grabada en la mente de Jerónimo mientras ellos continuaban en la sala. Ella le preguntó a Jerónimo: “¿Amor, te sientes cómodo con nosotros aquí o nos vamos para el cuarto?” Él contestó: “Tranquilos, aquí está bien.”
En ese momento, Álvaro empezó a acariciar al cabeza de Leidy y le dijo: ¿Te animas a saborearlo? Leidy acepto haciendo un gesto positivo, muy suavemente ella empezó a darle besito a ese enorme nepe, y con sus manos cogió y lo fue introduciendo lentamente a su boca, en ese momento la cara de sorpresa de Jerónimo hizo que el sufriera una erección también. Mientras ella lo miraba a él, jerónimo no sentía rabia, ni pena en el fondo podía ver con su esposa estaba por meterse el delicioso pene a la boca.
Leidy empezó a humedecerlo todo y empezaron a calentarse lentamente y él decidió sentarse disfrutando de esa boca, que remojaba con su saliva y hacia que el joven gimiera de placer, mientras Jerónimo los observaba sin parpadear tocando su pene, visiblemente erecto.
Paso mucho tiempo, y el jovencito decidido chupar la vagina de Leidy en el mismo sofá donde se encontraba su marido. De pronto ella dijo: ¡Quiero que me lo metas ahora! ¡Hazme tu puta! Jerónimo exclamó: ¡No! ¿Y el condón? Todos se miraron en la sala, pero Leidy contesto: Lo haremos sin condón, quiero sentir la leche de Álvaro. Vaya sorpresa para Jerónimo.
Álvaro puso a Leidy boca arriba acostada, y se dispuso a humedecer su nepe de 22 cm largo, grueso de color moreno, a meterlo lentamente dentro de la conchita de Leidy. En ese momento ella exclamó: ¡Oh! ¡Oh! Que rico se siente, esta hirviendo ¡Oh! Dale suavecito es muy grueso. Álvaro contesto: Tranquila amor, todo esto será para ti.
Poco a poco fueron subiendo el ritmo y ya ambos estaban muy excitados y el movimiento iba más rápido, sus cuerpos empezaron a sudar y cada vez era mas intenso haciendo diferentes posiciones delante de su marido que jamás volvió a hablar.
En ese momento, a mas de una hora en los hechos, ella le dijo a Jerónimo: ¡Ay amor! ¡Esto se siente muy rico, gracias por dejarme satisfacer mis deseos con este macho Alfa! ¡Oh! ¡Sigue! No pares. Álvaro, se movía muy rápido y de repente ella dijo: ¡Siiiiii Siiiii me vine amor! Y de su conchita salió una suave brisa, mojando a Álvaro por completo. Ambos sonrieron y continuaron, pero él le dijo: ” Me quiero venir por tu culo” Ella no refuto y de puso en cuatro en el mismo lugar.
En ese momento, Álvaro empezó a chupar el culo de Leidy y a humedecer su nepe lentamente, hasta lograr penetrar. Ella decía: Dale suave amor eso enorme, Jerónimo no me lo mete por ahí. Álvaro dijo: Pues yo sí, voy a desvirgar tu ano con mi semen.
Poco a poco se fueron calentando e iniciaron un movimiento más rápido y solo de escuchaban gemidos, se veían sus cuerpos sudados durante dos horas el exclamo: ¡Voy a Eyacular perra! Ohhhhh!! Ohhhhhh!! En ese momento ríos de semen entraron al ano de Leidy y ambos se recostaron en el sofá al lado de Jerónimo, cayendo de cansancio y satisfacción.
Ella dijo: ” Gracias Alvarito” hacia mucho tiempo no me sentía tan bien atendida” ¿Regresas mañana?
Todos sonrieron en ese momento…

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