Epifania

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Una vez mas, yo estaba en esa cama, dandole placer a esa bola grasa morbida a la que llamo marido. "Merezco mas, lo se. Mi vida no puede ser esto para siempre."

Una vez mas, yo estaba en esa cama, dandole placer a esa bola grasa morbida a la que llamo marido. “Merezco mas, lo se. Mi vida no puede ser esto para siempre.”
Pero no puedo, no tengo dinero , dependo de lo que el trae a casa. Y Solo lo hace por que tenemos una hija en comun.
Como puedo escaparme?! Acaso mi vida es esperar que venga este cerdo a sacarse las ganas conmigo?! Acaso no soy dueña de mi vida?!
Escucho sus gemidos y cada vez mas lo detesto. Siento que esta a punto de acabar, por que ya me conozco el sabor de su fluido preseminal. Infesta mi boca y
con mucho esfueroz domino la sensacion de vomitar al sentir el gusto de su negro y pequeño pene rozar mi lengua.
-Ahhh, Ahhh tragatela puta!!!-. Lo escucho decir, justo antes de sentir mi boca llena de su semen amargo y espeso. No tengo otra opcion, aunque se lo escupiria en la cara, el me da de comer y a nuestra hija. Debo hacerlo. Prefiero eso, que la posibilidad de volver a quedar embarazada de el.
Listo, una vez mas, su esperma esta adentro mio, como tantas otras me hizo suya. Y no lo pude cambiar. Por suerte, despues de acabar no hace otra cosa que
dormirse roncando como un lobo marino. Momento que aprovecho siempre para enjuagarme la boca de su asqueroso gusto.
La noche paso, un dia mas aparecio. Me levanto y preparo el desayuno para el y Agostina, nuestra hija.
El solo toma mate, nisiquiera me habla (por suerte). Y se va. Agos y yo casi siempre desayunamos solas. Y asi pasa nuestra vida. Me siento solo un pedazo de carne
que le sirve a un tipo que no ama. Como cambiarlo? Cual es la clave?

Mi amiga de toda la vida Soledad siempre me escuchaba, hablar con ella era mi cable a tierra.
-Amiga tenes que salir de ahi-. Su voz me hablaba a traves del telefono.
-Pero como hago-. Le conteste. – Tengo 39 y no tengo ningun tipo de experiencia laboral, toda mi vida se la dedique a este sapo!-
Ella se quedo en silencio unos instantes.-Se me ocurre algo.- Dijo.-Agostina estara dispuesta a ayudarte?-. Pregunto-.
-Tal vez, ella tampoco soporta mas esta vida-. Le respondi.- Quiere estudiar e irse de aca, pero me temo que eso le va a llevar mucho tiempo de soportar esto-.
-Ok, resulta que conozco a una persona que quizas te podria ayudar-. me dijo Soledad.- Puedo combinar una cita los tres, hoy a la tarde. Esta libre?!-
Yo confiaba en ella, pero no pude evitar preguntar:- Si , pero de que se trata?-
-Es mejor que te lo cuente en persona. Solo decime en donde podemos vernos-.
-Ok venganse a casa-. Respondi.- Mi marido ni mi hija vuelven hasta tarde-.

Las palabras de soledad me ilusionaron. Quizas conocia a alguien que me ofrezca un buen trabajo. Pero como haria para ocultarselo a Carlos, el no quiere que trabaje
solo me quiere aqui para el, para que lo espere bien depilada y que me heche toda su asquerosa leche adentro. Pero era mejor no sacar conclusiones apresuradas, mejor esperar
y ver que era lo que habia para mi.

El timbre sono. Efectivamente era soledad con un hombre bastante avanzado en edad, petiso y de rasgos duros. Salude a Soledad con un beso y un abrazo como siempre, y
a el le pase la mano. Olia bien y estaba bien vestido. Aunque era desagradable de fisico. Flaco y lleno de arrugas. Los hice pasar al living de mi casa.

-El se llama Anthony, te lo presento por que trabajo con el y confio en el, creo que puede ayudarte-. Dijo Soledad.
Yo estaba incomoda con su presencia, pero siempre con una sonrisa en mi rostro por amabilidad.- Que bueno!- dije.- Por que estaria necesitando algo de ayuda.
Anthony se sento en el sillon sin que yo lo invitara a hacerlo, eso me desagrado.- No tengo mucho tiempo que perder, por lo que voy a ir al grano-. Dijo.
-Ok, eso es bueno.- Dije, sin saber si era lo correcto.
-Sos buena para seguir ordenes sin cuestionar?-. Me pregunto. La pregunta me sorprendio, no esperaba que empiece asi, pero igual respondi con la verdad:- Si,
es lo que hago todos los dias durante los ultimos 15 años-. Una sonrisa incomoda se dibujo en mi cara. Soledad lo miraba, con un esbozo de sonrisa.
Anothony me miro, como inspeccionandome, y luego de un momento dijo:- Ok, veremos. Desnudate-. La orden salio de su boca fuerte y clara. Yo me quede inmovil, no pude
entender si hablaba en serio o en cualquier momento me diria que era un chiste. -Que!?-. Respondi despues de unos segundos.
-Que te desnudes, que te saques la ropa y me muestres tu cuerpo desnudo-. La orden sonaba ahora con cierto tono de agresividad. Yo no podia creer lo que escuchaba, este viejo decrepito
vania a mi casa y me estaba pidiendo semejante atrocidad, no sabia si reirme o sacarlo a los escobazos.
Soledad se paro de repente y se acerco a mi, con la intencion de evitar cualquier mala reaccion mia.- Ey Erica, estoy yo. No haria nada para lastimarte. Confia en mi
es solo quitarte la ropa, nada malo va a pasar y creeme que te conviene.- Me dijo con voz suave y calmada.
– Soledad yo no puedo creer esto. Me traes a etse viejo a mi casa pidiendome que me desnude delante de el. Que mierda es esto?!-. Conteste con voz llena de nervios
casi gritando.
-Ok, eso es todo-. Interrumpio Anthony.- No voy a perder mas mi tiempo, ella no es material de trabajo-.
Soledad se dio vuelta hacia el y se acerco, se puso de rodillas cerca de su rostro. -No, solo dejame que le hable, yo se que puede. Dejame explicarle-. Dijo.
– Tenes dos minutos-. Respondio el viejo. Soledad se vovio a acercar a mi con una tensa calma. -Erica creeme que no te haria pasar por esto si no estuviera segura
de que te conviene y que cambiara tu vida. Solo hazlo, yo estoy con vos, confia en mi. Hagamos esto y si no te gusta, nos vamos y te dejamos tranquila-. Me dijo.
Mil cosas pasaban en mi cabeza, el viejo queria hacermelo?!, O a caso solo queria masturbarse?!. No voy a negar que me dio cierto morbo pensar en la posibilidad de
desnudarme enfrente de otro hombre que no sea el cerdo de mi marido por primera vez en muchos años. Tambien conocia a Soledad desde hacia muchos años, confiaba en
ella ciegamente. Despues de todo. Que podia perder?! Nadie me estaba filmando. – Ok, pero en donde este viejo se desubique. Le reviento la cabeza de un escobazo!-
Conteste.
-Eso no va a ser necesario. El esta aqui solo por negocios. Si no esta convencido, se ira y no te molestara nunca mas-.
Sin decir mas, ni pensarlo comence a sacarme la remera que vestia. Siempre me enorgulleci de mis pechos, por que eran mas grandes que la media de las mujeres de mi
estatura. Solia tener que cambiar los sostenes con frecuencia por que se vencian enseguida resultado del peso de mis senos. A veces los odiaba, solo por que sabia
que mi marido se divertia con ellos. Soledad los miro, fijamente. Ahora que recuerdo, ella nunca me vio en ropa interior. Era la primera vez que lo hacia. Mientras
desabrochaba mi Jean azul, y mi tanga comenzo a verse, me senti increiblemente caliente, al precibir la mirada fija de ambos sobre mi cuerpo. Que mierda estaba
pasando?!. Finalmente ambas prendas quedaron en el piso, y yo en corpiño y tanga en frente de un viejo desconocido y mi amiga de toda la vida.
-La ropa interior tambien-. Dijo Anthony. Soledad me miro, y sonrio.
Lleve mis brazos atras para desabrochar mi sosten. No fue nada dificil dado a que el peso de mis senos enseguida lo retrajeron hacia adelante. Cuando vi mis pechos
desnudos recorde lo avergonzada que estaba de las estrias que me dejo el embarazo de Agostina. Aunque nada de esto parecia importarles a ninguno de los dos,
quienes no movian los ojos de mi cuerpo. Eso me excitaba cada vez mas.
A la hora de bajarme la tanga, lo recorde.- No estoy depilada Soledad-. Dije. -A el no le importa eso-. Contesto.- Solo viene a verte al natural-.
Finalmente quede desnuda. Mi piel se hizo de pollo, estaba nerviosa y tenia algo de frio. Mis pezones se pusieron rigidos.
Durante unos segundos reino el silencio, mientras el me escrutaba con la mirada. De arriba a abajo. Y por fin despues de un tiempo que parecio una eternidad, dijo:
– Tiene un poco de abdomen, sus caderas son pronunciadas. Sus pechos son los evidentes de una mujer que amamanto. Pero esta bien, eso habla de la naturaleza de un cuerpo
femenino de 39 años. Ahora… Quiero ver su capacidad-. Dijo. Soledad me miro, yo la mire. No sabia de que hablaba ahora.
-Soledad. Tocala. Quiero saber si se humedece todavia-.
Mi amiga no me dejo decir palabra. Me miro como si hubiera estado esperando ese momento toda la tarde. Se acerco, lento. Y me dijo al oido. -Sabes por que estas asi?!-.
Yo no pude decir nada, ni yo sabia la respuesta a eso. -Sabes por que te desnudaste delante de un viejo decrepito y de tu mejor amiga?!-. Su mano se poso suave y calida
sobre mi abdomen. -Sabes por que, seguis complaciendo al cerdo de tu marido por mas que lo aborreces?!-. Su mano se movio hacia mi espalda, acariciando todo a su paso,
su cuerpo lentamente se apoyo sobre el mio. – Yo, lo se. Y vos tambien. Solo que no queres reconocerlo-. Sus palabras eran suaves, casi en voz baja. Casi Hipnotizantes.
-Por que somos mujeres-. Dijo. -Somos hembras. Nuestros cuerpos no son nuestros. Nuestros cuerpos son de ellos. Les peretenecen a ellos-. Sus dos manos ahora acariciaban
mi cuerpo. Una de ellas, comenzo a acariciar mi pecho izquierdo. Suave. Tierna. -Cada una de nosotras nacemos, para ser su diversion y su entretenimiento, para conformarlos y
complacerlos. No importa nuestro placer, por que somos placer. Somos el placer de los hombres. De los machos. Siempre lo supiste. Estuvo dentro de vos. Por eso es que,
a pesar que tu hombre te causa repulsion, seguis complaciendolo. Por que es tu objetivo en esta vida, y nada mas importa. Es el objetivo de todas las que nacemos con
una vulba entre nuestras piernas-. Su mano, bajo por mi ombligo transportandose siempre con ternura y caricias. Sus dedos comenzaron a juguetear con mi bello pubico.
– Y es que nuestro sexo, no es nuestro. Nuestra boca, no es nuestra. Nuestra cola, tampoco lo es. Son de cualquier macho que las desee. Pero no nuestras-. Mi vagina comenzo a levantar
temperatura escuchando esas palabras, y sientiendo esos dedos tocar su puerta. Yo solo podia dejarme llevar, no procesaba, solo asimilaba.
-Nuestros agujeron estan para su diversion, y para recibir sus regalos. O sentirse llenada por esperma no es una de las mejores sensaciones que sentiste?!-. Su dedo
toco mi clitoris, con un leve roce. -Ah… Si-. Dije yo entre suspiros. Su otra mano, acariciaba mi pecho derecho. Su boca estaba a pocos milimetros de la mia.
-Obvio que si. Por que sabes que tu unica utilidad en esta vida es ser el deposito de semen de un hombre. Por eso es que cuando terminas pegajosa, o con su esperma dentro tuyo
es cuando te sentis realizada-. Parecia que esas palabras me estaban sacando un velo que tuve toda mi vida, delante de mis ojos. No podia ser mas real lo que decia.
Siempre anhele sentirme utlizada por un hombre. Sentirme una puta y ser tratada como tal. Sin respeto por mi placer. A golpes. A escupitajos. Como se trata a una puta.
Sus dedos en mi vagina, hacian lo que deseaban. Nunca me senti tan humeda. -Fric!- Sonaban.- Fric!-. “Ay Dios, estoy tan mojada”.
-No seria eso lo que toda mujer debe saber?!. No es eso a lo que una hembra tiene que enfocarse en esta vida?!. No es eso, lo que una madre deberia enseñarle… a su hija?!-.
Sus dedos entraron mas dentro de mi. Su mano apreto mi pecho. Sus labios me besaron. Su lengua penetro mi boca. Yo delire de placer. Estaba teniendo una epifania, la que cambiaria
mi vida. Soy mujer, soy madre, soy hembra. Que otra cosa debo hacer mas que mostrarle el camino a mi hija?!
-Tu humedad no es por mi mano-. Dijo- Es por saberte hembra. Y saber que te quedan algunos años aun, para atraer miradas de hombres. Y que pronto te pondras muy vieja
y ya nadie te va a querer usar para su placer. Entonces, el momento es ahora-. Su mano tomo ritmo y comenzo a entrar y salir de mi.
-Fric!,Fric!, Fric!,Fric!-. Se escuchaba cada vez mas fuerte. Todo mi cuerpo temblaba al ritmo de su brazo.
Hacia rato ya sentia ardor, pero el placer era mas fuerte. No queria que pare. Queria explotar. Queria correr al pene de ese viejo decrepito y saborearlo, suplicarle
por que me bendijera con su esperma. Recorde el sabor del de mi marido. “Como pude sentir asco?!” el habia mantenido mi feminidad todo este tiempo. Yo le servi para
sacarse las ganas, me hizo cumplir con mi objetivo en esta vida. Deseaba saborear semen el resto de mi vida.
El calor se acumulo en mi. En mis caderas. En mi pubis. En sus dedos furiosos dentro de mi. Senti que iba a explotar de placer como nunca antes en mi vida. “Cuanto tiempo
desperdiciado!!” . Era ahora, era ahi. Ya estaba, dos empujones mas y… todo se detuvo.
-No-. Dijo Soledad. -No es con una mujer con quien tenes que alcanzar ese placer. Es con un macho. Una mujer no te puede dar el regalo que solo un hombre te puede dar-.
De pronto lo entendi. No iba a haber esperma, no iba a haber premio si alcanzaba el extasis. Por lo que no seria extasis completo.
Retiro sus manos de mi. Y se acerco a Anthony, cuya presencia la habia olvidado hacia rato. O quizas no. El era un macho, y yo lo unico que queria era su premio.
-Creo que si se humedece-. Le dijo al viejo. Y le mostro su mano empapada en mis fluidos pegajosos. Los dos se miraron. Ella se rio muy femenina. El esboso una especie de
sonrisa.
– Asi parece-. Dijo Anthony.-Ok, no necesito mas. Ella definitivamente lo tiene. Ahora, hablemos de negocios-.
Soledad me miro, siempre sonriendo. Y agarro unas servilletas de papel con la intencion de limpiarse la mano.
-No-. Dijo el. -Te vas a quedar con su aroma. Quiero olerlo-. Sus palabras me volvian loca. “Le atrae mi olor a hembra”.
– Te voy a dar 500 dolares por esto. Solo para que veas todo lo que podes ganar si decidis trabajar para mi-. Ahora hablaba como un empresario.
-Pero para eso, tenes que darme a tu hija-. Escuche esas palabras, y lo unico que pense es lo que me encantaria guiarla en este camino de descubirmiento del placer
femenino. – Soledad me mostro sus fotos en redes y ciertamente es muy bonita y atractiva. Sucede que tengo un gran equipo de putas que trabajan para mi, y complacen
a hombres muy poderosos que no tienen problemas de dinero y no dudan en pagar lo que se debe por disfrutar de un cuerpo como el de tu hija-. Yo solo escuchaba, la idea
me atraia cada vez mas. Nada me gustaria mas que verla brillando en esperma, siendo al reina de las putas, rodeada de hombres calientes.
-Pero tienen que tener ademas de belleza, una sola cualidad y es… No saber decir que no, a nada. Mis clientes tienen un gusto especial por la degeneracion y su trabajo
va a ser complacerlos en todo lo que sus retorcidas mentes soliciten. Podras sumarla al grupo?!-.
-No lo se-. Conteste. -Ella esta equivocada en algunos pensamientos. Es feminista y…-.
-Hay hombre dipuestos a pagar hasta 3000 dolares por una noche con una chica como tu hija. Y vos te llevarias un porcentaje de cada trabajo que ella haga. Ademas,
por supuesto de los tuyos-. Anthony me interrumpio, y me obligo a repensar la respuesta.
-Si, lo va a hacer-. Dije. No sabia como, pero una idea empezaba a tomar forma para hacerla abrir los ojos.
– Muy bien. Mañana me voy a poner en contacto con vos, para concertar una cita y ver sus capacidades. Aunque te voy a dar un tiempo para que le transmitas tus…
conocimientos-. Me miro y casi sonrio. Mientras sacaba un fajo de billetes de su bolsillo.- Aqui te dejo tus 500 dolares, y 1000 dolares mas en concepto de
honorarios por capacitacion de fuerza de trabajo joven-. Poniendo algunos billetes arriba de la mesa.
– Ahora nos vamos. Pero mañana hablamos. Quiero que sepas que a tu hija la voy a probar yo personalmente, por lo que espero que te esmeres en su formacion-.
-Asi va a ser, señor-. Conteste.

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