JUEGO DE NIÑOS

Mis gustos por otros chicos estaban en claro desde mis primeros días, desde mis primeros recuerdos, y en esos tiempos de adolescencia todo era muy traumático para mí,

Mis gustos por otros chicos estaban en claro desde mis primeros días, desde mis primeros recuerdos, y en esos tiempos de adolescencia todo era muy traumático para mí, puesto que asumir una homosexualidad hubiera devastado a mi familia, en especial a mi padre que sacaba pecho por mí y era su orgullo por ser el único varón de entre sus cuatro hijos
Así vivía día a día con la carga de no ser quien esperaban que fuera, me sentía una niña atrapada en un cuerpo de niño y disfrutaba mi sexualidad en solitario, con la culpa y la carga emocional de intentar sin éxito lo que sentía por dentro

Viví días bastante solitarios, ser un gay sin asumirlo me alejaba de los chicos de mi edad, sentía miedo, tenía dudas, las chicas no me atraían, si como amigas, pero no en la forma que se suponía debían atraerme, papá solía preguntarme cada tanto: ‘y? alguna noviecita por ahí?’, porque me daba cuenta que le aterraba solo imaginar mis gustos y a él se le encendían todas las alarmas, mamá, por su lado, solo le decía en tono de reproche que ya no me molestara y hoy, visto en retrospectiva, creo que ella en verdad era la única en darse cuenta, las madres siempre pueden ver más que todos cuando se trata de sus hijos
No era entonces extraño que yo cumpliera mis veinte años aun virgen, mi imagen externa y mi imagen interna peleaban día a día entre sí, tan diferentes, tan opuestas, tan antagónicas. Era un tipo solitario, las insistencias familiares sobre ‘una novia’ se tornaban cada vez más molestas y si bien me comportaba como todo un hombrecito, el calvario iba por dentro

Gustavo era un amigo especial de esos días, yo había trabajado un par de meses en un local de alimentos para mascotas y el pasaba casi a diario con su caniche toy a proveerse de alimentos para el pequeño
Se dio de hablar mucho en esas mañanas, una cosa llevó a otra, y el tema de notar en ese chico un espejo a mi propia vida, me significó acercarme a él, y obviamente, Gustavo notó lo mismo en mi
Como dije, solo un par de meses después dejé ese empleo puesto que la paga era miserable, pero ya había forjado una amistad con ese muchacho
Pegamos onda, era simpático, carilindo, estudiaba seguridad industrial, y vivía con su anciana madre.
Muchas veces iba a visitarlo a su domicilio, y nos encerrábamos en su cuarto solo a charlar, Gustavo tocaba muy bien la guitarra y cada tanto improvisábamos un dueto y podía desafinar sin importarme que opinara el resto de la humanidad

Se transformaría en eje de mi vida, no era amor, no era mi tipo, pero había encontrado alguien con quien compartir mis secretos, mis fantasías y ver en él lo que yo en realidad era.
Llegaba el verano, todos los que podían, en mayor o menor medida programaban sus vacaciones le sugerí que tal vez podríamos tomarnos una semana en algún sitio, era solo una idea loca puesto que en mi cabeza solo se cruzaba estar con él, pero no sabía ni donde, ni cuando, ni como
Era cierto que aún me quedaban unos billetes en el bolsillo de mi antiguo empleo, y que no tendría inconvenientes en compartirlos con Gustavo, pero él se preocupaba y lo entiendo, por su mamá, ya que era su todo

Pero Gustavo estaba entusiasmado con la idea, podía dejar a su mamá al cuidado de un tío, hermano de ella, por solo una semana podría estar tranquilo, pero mi dinero no era suficiente, apeas eran monedas, así que la idea parecía naufragar sin remedio
La tabla para mantenernos a flote tendría nombre y apellido, Fabián Goiti, un compañero de estudios de mi amigo, quien tenía una carpa de mediado tamaño y conocía algunos lugares donde la podríamos pasar bien con poco dinero
Ir a un camping, en carpa, haciendo dedo, y tres personas, no era lo que tenía en mente, pero al menos algo era mejor que nada
Lo conocí a Fabi apenas unos días antes, era un chico impactante a la vista, de esos de gimnasio, con unos ojos azules como el mismo océano, con una piel naturalmente bronceada y tatuajes por todos lados, solo se daban las cosas, yo le había sugerido a Gustavo, y él le contó a Fabián para poder hacerlo

Así solo preparamos nuestros bolsos de mano y partimos a la aventura, haciendo dedo, era cómico porque Fabián llevaba además la carpa plegada sobre sus espaldas, y parecía un gigante al lado nuestro
Apenas cien kilómetros por delante llegábamos al ‘Camping Municipal Toro Tuerto’ un sitio conocido, al pie de las montañas, rodeado por frondosas arboledas.
Fabián hizo los ingresos de rigor, él ya era habitué y entendía de protocolos, no teníamos vehículo, pero se encargó de conseguir un sitió propicio, en terrenos altos donde no se inundaba, cerca de los baños, y del asentamiento de la despensa de alimentos

Nosotros solo lo seguíamos, se reía de nuestra torpeza, y más a la hora de armar la carpa, al punto que él nos dijo

Dejen, no me ayuden que estorban, mejor vayan a comprar algunos alimentos para la cena

Cuando regresamos, todo estaba listo, él estaba en cuero, de lado, leyendo un libro, masticando el tallo de algún yuyo que había arrancado, sentí el codazo de Gustavo en mis costillas para advertirme

Ni se te ocurra, ese caramelo es mío!

Le hice un guiño de ojos y después de acomodar todas las cosas y preparar algunas meriendas para la tarde, salimos con unas provisiones para el día a escalar unos riscos cercanos
Nuevamente, las torpezas de dos niños de ciudad quedarían a la vista, mientras Fabián avanzaba como un tanque entre la naturaleza llevando la mochila a cuestas, nosotros no podíamos seguirle el paso, y como dos mariquitas protestábamos por todo, por los mosquitos, por el calor, por lo estrecho del sendero, por el camino rocoso, por lo empinado y por lo que fuera
Ya sobre la cima, nos sentamos a hablar y a contemplar todo el paisaje espectacular que teníamos a los cuatro puntos cardinales, tomamos fotos preciosas y la llegada del atardecer traería un poco de respiro con el lento descenso de temperatura
Bajamos cuando ya el sol empezaba a esconderse en el horizonte, Fabián apuró el paso, había que ducharse, improvisar la cena y él, que parecía saber todo de todo, nos anunció una pronta tormenta, situación rara puesto que no había una sola nube en el cielo

Al caer la noche, Fabián, como si fuera nuestro padre nos mandó a ducharnos, ahora el cielo comenzaba a cerrarse, y el dijo que prepararía algo de comer
Gustavo y yo tomamos nuestras cosas, toallón, jabón, champú y una muda de ropa y fuimos a las duchas comunitarias del camping
No había mucha gente, apenas un padre terminando de bañar a su pequeño hijo y un par de amigos de nuestra edad en el otro extremo
Fuimos bajo el agua, desnudos, lado a lado, Gustavo empezó a mirarme la pija en una forma muy golosa, no me quitaba los ojos de encima y noté que me gustaba lo que sucedía, me enjaboné y mientras él se mordía los labios tuve una erección en su presencia
Solo me desentendí del tema, aun estaban esos muchachos y no queríamos que nos expulsaran el primer día

Volvimos, y fue el tuno de Fabian, quien ya había preparado unos emparedados, él volvió unos veinte minutos después, corrido por las primeras gotas de la tormenta que se iniciaba
Cenamos, bajo una lluvia copiosa que no nos dejaba asomar las narices de esa carpa
No recuerdo como llegamos a ese punto, solo se que hacía demasiado calor ahí dentro, la humedad parecía atrapada y la atmósfera estaba densa, después de cenar solo estábamos en ropa interior, hablando de temas sexuales del presente, sobre gustos, sobre costumbres y, sobre todo, los pensamientos arcaicos y cerrados de nuestros progenitores
Recuerdo que Fabi, quien por cierto tenía el cuerpo más trabajado, usaba un bóxer blanco tan ajustado que solo le marcaba el bulto en una forma muy notoria. Miré a Gustavo que estaba a mi izquierda y noté que él también notaba lo que yo había notado, y solo estábamos ahí, encarcelados por la copiosa lluvia del exterior que parecía no acabar nunca y sabiendo que sería una noche perdida seguramente lo mejor sería conciliar el sueño

Sería Gustavo el sugerir un tonto juego que alguna vez había practicado con algún primo según sus palabras, que tendría de malo masturbarnos los tres juntos? un inocente juego de niños
Y fue quien dio el primer paso, solo se terminó de desnudar y sentado con sus piernas abiertas, apoyado contra la lona de fondo, que hacía de límite de la carpa y empezó a masturbarse muy rico
Yo lo seguí, me quité mi ropa interior y repetí su postura, sentado a su derecha, bastante cerca
Fabián sería el último, y empezamos a hacerlo muy rico, se veía muy rico, se sentía muy rico
Como hombre no podía evitar comparar, y Fabi tenía una envidiable pija hermosa, gorda, larga, le sobraba a su mano por todos lados, Gustavo al otro lado era el que la tenía más pequeña, y si bien la mía no era demasiado grande al menos no me sentí como el vagón de cola

Todo parecía ir por carriles normales y que todo terminaría luego de eyacular, pero Gustavo, quien parecía ser el de las ideas alocadas, tomó el aerosol con crema que habíamos comprado en el mercado para preparar los tragos, lo agitó, me miró, vino a mi lado y apretó la tapita muy cerca de mi pene, haciendo que se llenara de crema, yo no dije nada puesto que me sonó muy excitante, solo me seguí masturbando, ante la mirada atenta de Fabi que solo se acariciaba su enorme pija
Gustavo puso más crema entonces, ahora en línea mi esfínter, y solo lo dejé hacer, y fue a acariciármelo con las yemas de sus dedos
Y hay cosas que no se planifican, solo se dan, a veces las miradas, los gestos, los suspiros son más evidentes que las palabras, me acomodé casi recostado, y abrí más mis piernas para facilitarle el acceso puesto que estaba muy caliente

Fue cuando Fabi, que hasta ahí no había entrado en el juego se unió para reclamar su lugar, hizo que Gustavo saliera y ocupó ese sitio, arrodillado por detrás, con su enorme verga dura golpeó contra la mía y contra mis bolas, mientras yo no dejaba de masturbarme imaginando lo que vendría
El untó con la crema su propia pija, se volvió a acomodar y sentí su glande apoyarse en mi esfínter y forzar un poco, me hizo doler

Con cuidado! – le advertí – soy virgen aun…

El volvió a la carga, y la crema lejos de lubricar, en principio actuaba solo para hacer resbalar su sable para no lograr la penetración, pero fue solo tiempo de que su punta se clavara en firme sobre mi entrada, y sentí dilatarse mi esfínter para envolver la grosura de su miembro, sin dudas sería una de las cosas más maravillosas que pueda recordar, a pesar del dolor punzante que hasta me arrancaba unas lágrimas contenidas
Pero qué diablos, la crema ahora si cumplía su función, y su pija, cuan larga era iba y venía dentro de mi cuerpo, y en cada movimiento me hacía morder los labios de tanto placer.
Solo me seguía masturbando con fuerzas, quería llegar con esa verga enorme que me estaba rompiendo todo el culo

Gustavo, que había quedado al margen, vino de lado, sacó mi mano para que dejara de tocarme, me miró muy rico, y luego fue sobre mi pija para empezar a chupármela
No podía ser más rico, cerré los ojos y crucé mis manos por detrás de la nuca, sentía uno, por un lado, y otro por el otro, Gustavo me la chupaba muy dulce, hacía penetraciones profundas, me acariciaba las bolas mientras el otro animal que no dejaba de horadarme el culo
Solo me sentí llegar, no podía evitarlo, llevé mi mano derecha por detrás de la cabeza de Gustavo, porque no quería que saliera, o no quería que dejara de hacerlo y solo empecé a eyacular apretando inconscientemente con mi esfínter el duro sexo de Fabi, no sabía cuánto era, pero me parecía no dejar de acabar en la boca de mi amigo
Gustavo dejó mi pija cuando ya no había más, me miró y se sonrió dejándome notar que aún tenía mis jugos atrapados en su boca, tomó ahora mi mano y la apoyó en su garganta, para dejarme sentir como tragaba todo mi semen

Fabi salió de mi culo y me dijo

Vení, yo también quiero que me la chupen

Habíamos cambiado el juego, él se paró al medio y ahora yo empecé a chupársela agarrándosela con mis manos por el tronco, era enorme, y me encantaba, me engolosinaba y me la metía por completo hasta el fondo, sintiéndola en la garganta, hasta llegar a sus testículos, me era natural, no me costaba, era un maldito perverso
Pero noté que Gustavo otra vez había quedado al margen y solo observaba con deseos
Lo invité a sumarse, dejé de chupársela y la incliné a su lado, fue su turno de lamerla y me gustaba ver en primer plano lo que sucedía, pero solo un poco, yo también quería chupársela, y volví a su boca, y a la mía, el juego se jugaba a mi antojo, hasta que Fabi, nos tomó por nuestras cabezas y nos llevó hacia el centro, para que ambos se la chupáramos al mismo tiempo

Era muy caliente, yo iba, por un lado, Gustavo por el otro, había demasiado dulce para compartir, nuestras miradas se cruzaban a centímetros de distancia y era rico que cada tanto, de casualidad, nuestras lenguas se encontraran y pudiéramos compartir un beso
Así acabó Fabi, sentí su leche pegajosa en mi boca, muy espesa, muy sabrosa, solo eyaculaba y eyaculaba, parte tragaba, parte jugaba, parte le correspondía a Gustavo y cuando todo había pasado, nos fundimos en un enorme beso de lenguas con sabor a semen

Gustavo por cierto aún estaba caliente, así que se puso en cuatro y le empecé a chupar la pija, las bolas, y el culito caliente y rico que se abría ante mi lengua inquieta, sentí una nueva erección y solo se la clave toda, empecé a darle duro y mi amigo gemía como una auténtica mariquita, sentía las gotas de transpiración poblar mi pecho
Fabián volvió a calentarse por lo que veía y volvió por detrás mío para metérmela toda, que rico!
Sentía mi verga deslizarse por el esfínter de Gustavo y la de Fabi haciendo lo propio con el mío, nuevamente, estaba sin dudas en el mejor sitio
Gire mi cabeza para buscar con mis labios los labios de quien me rompía el culo mientras tenía fuertemente por la cintura al otro para que no escapara de mis garras

Llegaría por segunda vez, solo se la saqué y viendo todo su culito precioso todo abierto y sintiendo aun sus gemidos, solo le acabé toda mi leche en la puertita de su trasero
Me hice a un lado, abatido, estaba fuera de juego, entonces Fabi tomó mi lugar y se la enterró toda a Gustavo, y si Gustavo conmigo gemía, pues ahora gritaba
Como espectador acaricié la verga de uno y el esfínter del otro, embardunados ambos con mi leche, fue muy caliente, y luego llevé esa mano por detrás de Fabián, él me facilitó el acceso, y solo empecé a acariciarle su culito, y noté con cuanta facilidad mis dedos pudieron colarse en él
Solo bastó un poco de mis caricias profundas para que él también se viniera en la colita de Gustavo, quien ya no podía más con tanto placer y terminaba de explotar al mismo tiempo ensuciando todo en derredor

Era tarde, bastante por esa noche, mejor limpiar todo y descansar para un nuevo despertar
Los días pasarían demasiado rápido, entre caminatas diurnas y sexo nocturno y casi en un abrir y cerrar de ojos habíamos regresado para emprender nuevamente nuestras aburridas rutinas
Mi vida ya no sería igual, me había enamorado de Fabi, o mejor dicho de su pija, y empecé a soñar con un futuro juntos, no sé, a escribirle, a seguirlo, a intentar que me mirara más que como a un chico con el que había compartido unos días de campamento
En algún descuido de Marisa, la única de mis hermanas que aun vivía con nosotros, le robé alguna que otra tanga diminuta y empecé a hacerla mía, me encantaba usarla cuando con enormes objetos me dilataba la cola, imaginando que era Fabi quien lo hacía, me excitaba mucho verme al espejo, con la imagen que me devolvía, entangado y con el culo todo roto, era quien quería hacer

Pero la vida no siempre va por uno imagina, un año después Fabián me presentaba a su novia, si, una chica, una mujer, nunca entendí, pero bien, sentí que nuestros caminos nunca se cruzarían
Con Gustavo nos vemos de cuando en cuando, anduvo con noviecitos diversos, pero parece ser un chico complicado para la convivencia
Por mi parte, la repentina e inesperada muerte de mi padre, hizo que mi mundo se viniera abajo, lo amaba y lo extraño un montón, tal vez lo único positivo en eso fuera que ya no tengo que esconder mis sentimientos y ahora pueda gritarlo a los cuatro vientos, mis hermanas me aceptan como soy no les molesta tener un hermano puto, y mamá, mamá siempre lo supo…

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