Hola. Han pasado unas semanas de que mi vecina nos vio cogiendo con mi esposa y no la he visto. Quizás por vergüenza trata de esquivarme hasta que ese día mi mujer me dice. – Bruno amor me vas a comprar al mercadito?- un poco desganado me dio una lista y fui. Al llegar note algunos cambios en la fachada del negocio. Y al entrar confirme que había cambiado de dueño y que eran mis vecinos del frente, si los padres de la chiquita curiosa. Empece a cargar lo que decía la lista y me acerque a la caja para pagar, por suerte no había gente por la hora y no tuve que hacer fila, al ver a mi vecina le digo -que bueno que ahora trabajan acá-
-Si con mucho esfuerzo compramos, el dueño anterior se jubilo, sabe? Y nos vendió, le molesta esperarme un segundito los proveedores llaman ahí viene Camilita y le cobra. Al escuchar eso me reí por dentro. Camilita, es la curiosa. Cuando llego a la caja dejo el celular y me vio abrió los ojos como dos huevos fritos. Y la salude con la mano tal como esa noche desde mi ventana y se rió sonrojada. Entre la compra que hice había salchichas y me dijo
-esto también es suyo?-
La putita hacia referencia a mi verga con mis compras. Así que le seguí el juego y dije
-Si y la leche también-
Y exploto en una carcajada tapándose la boca.
-Haber cuando me invita vecino a comer y tomar la leche entonces–Cuando quieras-
-igual con estas salchichas me quedo con hambre-
Vos veni que si las hervís de mas se ponen gordas y si te quedas con hambre tenes leche para llenarte.-
Me miro con cara de derritiéndose de calentura sin reírse y me saco la plata con odio. Porque me iba a ir dejándola con la cocha mojada.
A las semanas pude ver una fiesta desde mi casa, mientras lavaba mi auto, en la terraza del frente y unos globos en la puerta de entrada. Camilita cumplía años y recibía uno tras otros invitados. -Cumplís años? Le grite preguntando.
-Si 18- dijo guiñándome un ojo y dejándome con la pija bombeando sangre.
Al terminar de arreglarse me beso y me dijo decile gracias a tu esposa por mi regalo de cumpleaños. Al otro día mi esposa volvió de su fiesta. Entro con Camilita y me explico que la había visto ese mismo día que yo la vi, mirándonos desde su terraza y decidió darle ese espectáculo
Esa noche mi esposa se fue a la casa de sus amigas a festejar un cumpleaños. Me quede en casa acostado mirando tele desde la ventana las luces de colores de la terraza molestaban y cuando fui a cerrar las cortinas se asomo ella y me saludo y se bajo un bretel de su vestido. Sonreí entendiendo que quería un regalo. Abrí la cortina me puse una porno en la tele y poco a poco me masturbe mientras me miraba. Luego vi que se fue, supuse que como su fiesta continuaba estaba ocupada. Al poco tiempo sonó el timbre. Era Camilita re caliente casi temblando. Me dijo -estas solo no?-
Si, le dije. Y se metió adentro y se arrodillo me bajo el pantalón y me agarro la pija y empezó a chuparla con desesperación y sintiendo alivio de tenerla. Cachetie la puerta para que se cierre porque ni me había dejado cerrar. Y me dediqué a gozar.
-Sos re pijudo- me dijo y me pajeaba con las dos manos. Veni, le dije la lleve al sillón le subí el vestidito y la hija de puta había venido sin tanga. Me confeso que era para no perder el tiempo. Le comí la conchita y chupe su clitoris y pegaba grititos cortos mientras se apretaba las tetas. Le arrime el culo al borde del sillón y le empece a pasar la pija por la conchita masturbandola. Se iba a arrancar las tetas de la calentura que tenia. Poco a poco se la metí y mientras me miraba con emoción su boca abierta y sin repirar. A los pocos movimientos estaba con los ojos en blanco acabando y yo sin dejar de bombear esa conchita como una maquina. Su piel super blanca esta roja y su vestido amontonado en su cintura salí y la hice poner en 4 y abriendo sus nalgas mientras la cogía le metí un dedo en el culo. Para mi sorpresa me separo otro dedo con su mano para que le meta otro dedo. Así que a los pocos movimientos le llene el culo de carne y agarrándola del cuello tirando hacia mi la cogí muy fuerte mientras se masturbaba. Cuando se la saque se arrodillo y me pajeo tan fuerte con su carita cerca sacando la lengua esperando la leche. No tarde mucho en dársela acerque la punta a su paladar y escupí muchísima leche. Y entre las ultimas gotas se metió la cabeza de mi verga entre sus labios y chupaba para extraer del interior toda la leche algo que me retorcía de placer. Se la trago mientras se empezaba a acomodar su vestido. Al terminar de arreglarse me beso y me dijo decile gracias a tu esposa por mi regalo de cumpleaños. Al otro día mi esposa volvió de su fiesta. Entro con Camilita y me explico que la había visto ese mismo día que yo la vi, mirándonos desde su terraza y decidió darle ese espectáculo. Y cuando al otro día la cruzo en la calle mi esposa le agradeció haberle cumplido una fantasía y que ahora que iba a cumplir 18 le podía pedir un regalo, lo que ella quisiera, y Camilita pidió mi pija.