Un trio de sorpresa
Para mi cumpleaños solo esperaba que Sandra me diera una sexy sorpresa y poder follar toda la noche.
Llevaba ya mucho tiempo tirándome a mi sobrina (que además está casada) sin que mi hermana se enterara de nada. Aunque no fui el afortunado que robo su virginidad, creo que soy el que más veces ha probado este coño bien prieto y este culito respingón. Sin embargo en los últimos tiempos la pasión se había apagado un tanto y le pedía ardientemente a Sandra que me permitiera traer a una prostituta para que hiciéramos un trío.
Lo que no me imaginaba es que mi sobrina me iba a dar una sexy sorpresa por mi cumpleaños. Nada más entrar en casa me llamó con una cara misteriosa y me hizo pasar al salón que estaba tenuemente iluminado. La sorpresa me esperaba encima del sofá en forma de una jovencita de formas sugerentes; al verla mi pene empezó a alcanzar dimensiones indecentes y a doler de placer.
Se levantó de forma lánguida y vi que no llevaba más que un diminuto camisón que no disimulaba la turgencia de sus pechos. Pero en vez de acercarse a mí se fue directa donde mi esposa y le desgarró bruscamente la camiseta. Después empezó a lamerle todo el cuerpo y a masturbarla mirándome de forma pervertida.
La sorpresa me esperaba encima del sofá en forma de una jovencita de formas sugerentes; al verla mi pene empezó a alcanzar dimensiones indecentes y a doler de placer.
Tenía que demostrarles quien era aquí la autoridad. Me acerqué a ambas y las separé a la fuerza, quedándome con la guarra para tumbarla en el sofá, levantarle las piernas y meterle mi turgencia hasta dentro moviéndome rítmicamente mientras tenía los ojos cerrados por el placer.
Lo que no me esperaba es que mi sobrina se acercara por detrás y me metiera un consolador en el ano, haciendo que soltara un grito de sorpresa. Pero me hizo callar con un mordisco salvaje en la boca y lo siguió moviendo. Descubrí inesperadamente que iba a tener un orgasmo doble, pero como quería probar también otro coño me di la vuelta , me liberé del vibrador y se la metí a mi sobrina hasta calzarla bien y no paré de follarla profundamente hasta que no me corrí dentro.
Después los tres y siguiendo desnudos cenamos y de postre tuvimos una tarta de nata deliciosa, que nos volvió a despertar el apetito sexual y volvimos a jugar, pero esta ya es otra historia.
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Un comentario
Turrrrrra