Mi compañero de apartamento

Quiero contarles como era mi situación actual vivía en un apartamento compartido con un amigo que se llamaba Andrés y nuestra relación era muy normal éramos simplemente amigos una noche como cualquiera el miraba una serie y yo estudiaba totalmente concentrada la verdad lo que estaba haciendo desde hace algunas semanas era leer una historia sexual y me tenía muy excitada.

Apenas me miraba más que para preguntarme si estaba bien y quizá era por la concentración que tenía puesta en la televisión que no se dio cuenta del calor de mis mejillas, de mi respiración acelerada, tuve que comenzar a masturbarme. No solo me excitaba como relato, sino también porque la historia que leía se parecía a la mía.
Comencé a imaginar a mi compañero de apartamento en esas situaciones ya que la escritora sí que supo expresarse a la perfección para relatar cada caricia y cada beso entre los protagonistas.

Ni siquiera pude terminar de leer, estando demasiado excitada como para seguir, trate de disimular y me abrí de piernas al ser incapaz de conformarme con algunas caricias encima de mi panty y hundí dos dedos en mi vagina.
Estando dispuesta a vestirme y a ir a casa de algún amigo para complacerme, estudié mi lista de amigos de teléfono y de Facebook esperando encontrar a alguien con quien disfrutar el placer del sexo. Pronto me di cuenta que si llevaba meses sin acción era por algo, y entre mis conocidos nadie me gustaba, ni siquiera estando tan caliente como me encontraba.

Estaba hastiada de ellos, y solo se me antojaba follar con el chico que había al otro extremo del sofá. En ese momento me chocaba, porque sabía que no sentía nada por él –o eso pensaba-. No estaba segura si era por lástima, o por la idea de que ya no podía acapararlo Nicole, o puede que simplemente fuese porque llevaba demasiado sin mojar.

empezó a besar mi cuello, luego mi espalda, hasta llegar a mis nalgas, las mordió suavemente, yo tenía las piernas abiertas, ofreciéndole mi vagina y todo lo que quisiera chupar

Aburrida me fui a mi habitación para darme algo de placer sola ya que no había encontrado a nadie y estando ya en la soledad me quité la ropa para darme cuenta que pese a lo mojada que estaba, mis ganas de masturbarme estaban más encendidas que nunca, tenía tantas ganas de que mi amigo entrara y me penetrara, Comencé a mirar un rato mirando al techo, escuchando de fondo la televisión que el miraba, nunca en el tiempo que había convivido junto a mi amigo lo había deseado de esa manera.

La idea de te tener sexo con él me revolvía mi estómago y me hacía sentir la vagina más caliente que nunca. Decidí llamarlo para que entrara a la habitación pero antes me desvestí por completo, los pezones se marcaban y veían de lejos de lo excitada que estaba y al no llevar ropa interior él podría verme completa para él.
El entro de una vez a mi habitación pensando que me había pasado algo al verme así desnuda se quedó callado pero entendió lo que yo quería que me penetrara, sin decirme nada me dio vuelta, mis pechos pegados a la cama, empezó a besar mi cuello, luego mi espalda, hasta llegar a mis nalgas, las mordió suavemente, yo tenía las piernas abiertas, ofreciéndole mi vagina y todo lo que quisiera chupar.
Sentí su lengua caliente, recorrer todo mi cuerpo, desde la espalda baja hasta mi clítoris, su saliva mojaba todos mis orificios, su lengua subía y bajaba, paraba en mi vagina, la chupaba y mordía, yo jadeaba. Luego paró en mi ano, lo lamió y jugó un rato con su lengua, intentando meterla. Sus manos apretaban con fuerza mis glúteos.

No se cuánto rato estuvo chupando, pero en un momento sentí una corriente, mis piernas temblaron y sentí como salían los jugos de mi vagina y corrían por mis piernas. Un gran orgasmo, mis gritos seguros fueron escuchados en todo el apartamento, era obvio que los dos nos teníamos ganas y habíamos saciado eso.
Me agarró de las caderas y empezó a penetrarme fuerte, con mucha energía, sus grititos me calentaban mucho, de vez en cuando besaba mi espalda y apretaba mis pezones. Su ritmo aumentó, hasta que se pegó completo a mi, con fuerza me apretó y empezó a acabar, yo me pegue más a él y al sentir su leche caliente como entraba en mi vagina, exploté en un fuerte orgasmo, los dos seguimos siendo amigos y compartiendo apartamento pero bueno somos amigos y a veces de vez en cuando entramos a nuestros cuartos a darnos placer.

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