Una historia de incesto de mi lejana juventud.
Bueno gente. Me encantan los relatos y esto paso hace muchos años. Ya tengo casi 50 años. Eramos una familia numerosa. Mi madre enviudó muy joven y tubo que salir a trabajar. Quedando nosotros. En casa. Yo y mi hermana menor la que llamaré Sandra. Yo tenía en aquel tiempo 15 años. Se imaginan todo el día caliente …. Yo ya estaba desarrollando. Siempre nos unió algo muy esprcial más que hermanos. Nos gustábamos. Miraditas y apoyadas. Un día mi mamá se fue muy temprano a trabajar. Quedando ella y yo. Cerramos todas las puertas y fuimos a mi habitación. Ya estábamos muy calientes. La toque y tenía pelitos en su conchita. Estaba muy mojadita. Le saqué toda la ropa. Se acostó en mi cama. Comenzamos a besarnos muchoooo. Solo quería matersela. Y me dijo que era virgen. Eso me calentó más me subí encima de ella. Le puse la cabezota en su conchita y le metí solo la cabeza y jugué ahí un rato. Ella me agarro de la cintura y me apretaba. Para que se la metiera más adentro. Hasta que por fin se la puse toda. Ella gemía y me decía moverte mi amor. Llenarme de tu lechita. Quiero ser tu mujer x siempre. Ese día cogimos toda la mañana. Lo hicimos varias veces muy rico. Bueno la segunda vez lo contaré en mi próximo relato de este incesto.
Esta Confesión de incesto fue enviada en anónimo y mediante nuestro sistema de publicación de relatos