Ahora mismo, en este instante desde hace dos años soy propenso a la auto satisfacción sexual mediante la penetración de frascos pequeños, medianos y grandes en mi culo.
Práctica placentera y satisfactoria que se me volvió la mejor alternativa para sobrellevar psicologica, anímica y sexualmente la pérdida de mi función erectil por causa de la diabetes, la hipertensión y una prostactomia radical de hace dos años.
Aunque paradojica, extraña y admirablemente mi disfunción erectil se manifiesta solo cuando Culeo con Pía, mi conyugue, con quien me Arrecho sólo si ella me acaricia y me Chupa los pezones lo cual me estimula a hacerme la Paja y, eso sí, tener intensos orgasmos, sin eyaculación; porque cuando he Culiado con otras mujeres como mi vecina Areis, con Marié, la tía de una amigo llaveros y, hasta con la empleada doméstica de la casa, Mayra; la Mondá se me Tiempla, se me agranda, se me engruesa que si no es por la abundante lubricación con Fenevy, mi Verga no le entraría.
Por esta circunstancia también mi esposa y yo descubrimos lo intensamente placentero que es la Metida de su dedo “Corazón” en mi Culo bien lubricado con Feveny, crema veginal con estrógenos conjugados al 0. 625 mg que el médico le formuló a ella para que tenga resequedad en la vulva, en la Concha, en los labios mayores, menores y en la cavidad veginal.
Por Dios que los nos sumergimos en impensados arrebatos cada vez que Culiamos. Sea justo decir tambien que Ella, mi esposa, fue intervenida de los ovarios con quiste lo cual le bajó la intensidad de su libido sexual pese a que mi adorada Pía congenitamente era tan o más Arrecha que yo.
Bueno lo importante ahora entre Pía y yo es que hemos explorados otras prácticas y hemos descubierto otras fuentes de placer que nos satisface eroticamente, en lo absoluto.
Así mismo y para no excederme con mi esposa en cuanto a la frecuencia de las Culiadas esta practica me ha ayudado a auto proveerrme sexo en solitario, desfogar mi Arrechera y, sentir lo delicioso que es tener Clavado un grueso frasco entre los anillos esfinteriales y hacerme la Paja hasta desvanecerme con un estremecedora Corrida.
Y . . . ¡Oh, sorpresa!
De esta fase me atreví a pensar reiteradamente en la posibilidad y oportunidad de pasar a la experiencia de Meterme la Mondá de un hombre como la de Fernando A, por ejemplo, un joven de veintiún años que me gusta y me Arrecha, aunque por la gran diferencia de edad entre el y yo, y por tener la percepción de que es gay aún no me he atrevido a insinuármele siquiera pues temo su rechazo, pero la verdad sería fascinante vivir esa experiencia con Ferna.
Con Ferna sólo he llegado a que cuando es la media noche me voy al baño del patio, oro tres Padre Nuestro y le pido a Dios para que.me permita, me de el don, el privilegio, la virtud, la bendición de penetrarme el grueso frasco que me produce doloroso placer y me espretina los anillos de mis esfinteres teniendo frente a mí una foto de su perfil de Facebook, mirándome, y yo lo llamo . . .
¡Ay, Ferna, papacito, ven mi amor, métemela! . . .
Y, me Corro besándolo en la boca, en la foto; soñando, anhelando que quizá Ferna A. quisiera Culiarme, pero me avergüenzo y me da miedo que la gente se entere de mi desliz bisexual y entonces prefiero callar, reprimir mi deseo, mi ansia por Él.
Hace unos días le escribí a su Messinger reprochándole su silencio por un trabajo que acordamos y aun no me lo ha entregado pese a que ya le anticipé el 50% del valor total y, el apenado me respondió aclarándome que estaba pendiente por regresarme el dinero, que no pensara mal de él, que no había sido su culpa el no haberme cumplido, que fuera a su casa en el barrio El Prado en Santa Marta para aclarar el desacuerdo, que lo perdonara por el incumplimiento.
Yo quiero ir más que todo para verlo y tocarle las manos cuando lo salude y verle sus ojitos de mirada Arrechadora cuando lo tenga frente a mi, y si fuera del caso . . . Declararmele pase lo que pase . . . Y regalarle el dinero si Él lo aceptara . . .. ¡Ay, Ferna!
Por ahora proseguiré con mis esporádicas culiadas con Pía, mi esposa, y penetrándome los tres frascos pequeño, mediano y grande; delgado, regular y gruesote que me hace gemir cuando me entra lubricado con Feveny, crema vaginal con estrógeno, de mi esposa . . . Como en este instante . . . ¡Mmmjjj, ooohhh! . . . Y . . . Me Corro . . ¡Aaahhh! . . . Delicioso!
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