MI SOBRINO, MI AMOR

Lo que voy a relatar no es una historia de ficción, es mi propia historia contada en primera persona. Solo alteré los nombres de las personas involucradas en este relato

Lo que voy a relatar no es una historia de ficción, es mi propia historia contada en primera persona. Solo alteré los nombres de las personas involucradas en este relato ante la posibilidad de herir susceptibilidades de algunos familiares que pueden llegar, por casualidad, a leer este relato. Dicho esto me presento, me llamo Gisela, tengo 36 años, soltera y hace un tiempo vivo en pareja con mi sobrino Beto de 19. El no es hijo biológico de mi hermana mayor y su pareja, ellos lo adoptaron, pero antes de comenzar con el inicio y los detalles de esta historia voy a contar algo sobre el contexto familiar para que entiendan, o en su defecto realicen una crítica, porque que me llevó a tomar semejante decisión de elegir a un miembro de la familia para tener sexo y finalmente convivir en pareja. Espero no aburrir ya que muchos entran a esta pagina a consumir mucho morbo y esperan que los relatos tengan un contenido, de principio a fin, rico en cuestiones sexuales, si bien mi historia reúne en partes esta condición, creo que lo más interesante y morboso para el lector es que este relato es 100% real. Seguramente habrá mucha gente que vivió, vive o está a punto de vivir situaciones como esta o parecidas de tirarse a alguien de la familia, pero deben saber que si no se actúa con inteligencia, astucia y madurez casi siempre estas historias tienen un final no muy feliz.
Mi hermana adoptó a Beto pero ellos nunca le prestaron demasiada atención, en aquellos años cuando Beto era un niñito yo vivía en la casa de mis padres junto a mi hermana mayor y su pareja, y era yo quien lo atendía y cuidaba, pasé a ser su tía preferida y además su confidente cuando entró en la pre adolescencia. Cuando Beto cumplió 14 años yo me fui a vivir sola. No me avergüenza decirlo, pero pasé de trabajar como cajera de un supermercado a vivir como una mujer acomodada en un barrio privado, rodeada ciertos lujos, y un buen automóvil para moverme. La razón de este cambio de vida fue que logré ligar con un empresario y comencé un amorío clandestino, para ser directos me convertí en su puta predilecta. Cansada de trabajar horas mal pagas decidí usar mis atributos físicos para tener un buen pasar, fue entonces que me crucé con Héctor, un tipo sesentón en busca de una mujer con la cual pudiera dar rienda suelta a sus deseos y fantasías. Durante 3 años prácticamente me alejé de la familia porque ellos criticaron la decisión de ser la amante de un señor mayor casado. Solo me seguía contactando por WhatsApp o chat con Beto, con él era diferente, teníamos un “feeling” especial, nos contábamos todo, entre nosotros no había secretos, había también una cuestión generacional, él y yo solo nos llevamos 18 años, el resto de mis hermanas son mayores, me llevan muchos años de diferencia. Meses antes de cumplir los 18 Beto llamó llorando y me dijo: “Gisela (nunca me decía tía), mis padres no me quieren, me rechazan, me tratan mal”. Él me contó, desde que me fui a vivir sola, la relación con sus padres se fue deteriorando, es más, en un momento durante una discusión, cruelmente le dijeron “tu no eres nuestro hijo, te dimos un hogar porque tus padres te abandonaron, y si estás en desacuerdo con nuestra crianza vete a vivir con la puta de tu tía Gisela que siempre te apañó”. Apenas me dijo esto subí al carro y fui furiosa e indignada hasta la casa de mi hermana y le dije:
“Me dan vergüenza, tú y tu patético esposo, lo crueles que son con Beto, él no se merece esto, es un buen chico, yo seré una puta como tu dices, pero a pesar de tener un amante comencé a estudiar porque quiero mejorar mi calidad de vida y no depender siempre de entregar mi cuerpo a un hombre que podría ser mi padre, trato de manejarme en la vida tratando de superarme, algo que tú y tu esposo jamás lo harán porque son unos mediocres. Beto no los merece, dile que haga sus valijas y que venga a vivir conmigo, yo no tengo problemas de criarlo, ya lo hice por años en tu lugar, mientras tú y tu esposo salían de parranda por ahí”.
Y así fue, hablé con Héctor y le dije que mi sobrino se iba a vivir conmigo, él fue muy comprensivo y no tuvo inconvenientes en aceptarlo. Cuando se había cumplido un mes que Beto vivía en casa tuvimos un accidente automovilístico con mi amante y casi nos matamos. Yo estuve internada casi un mes y Beto no se separó de mi un solo instante. Cuando me recuperé la relación con mi amante terminó, su esposa se enteró debido a que el accidente trascendió en los medios locales y todo el mundo se enteró que yo iba en ese carro con Héctor, para colmo cuando sucedió el hecho yo iba prácticamente desnuda dentro del carro mamándole la verga a mi amante, y cuando llegaron los bomberos yo estaba inconsciente, desnuda y hasta con semen en la boca, un escándalo. Fue entonces que él decidió alejarse definitivamente para evitar el divorcio, no obstante me dejó una linda casa y un buen auto a mi nombre. Ante ese panorama, Beto me alentó y dijo:
“Gisela no te preocupes, esta casa es demasiado para nosotros, no necesitamos tanto lujo, ponla en venta y compremos un departamento menos costoso, también el carro, véndelo y compra uno mas económico, yo voy a conseguir un buen trabajo y a mantenerte mientras tu terminas los estudios y logras recibirte”.
Sus palabras tan sentidas me derritieron, no podía creer que un muchacho de apenas 18 años asuma semejante compromiso y demuestre tanto amor verdadero por mí. Con la firmeza y seguridad que lo dijo me dio a entender que yo significaba demasiado en su vida y que estaría dispuesto a hacerme feliz a cualquier precio. Por sus expresiones y su forma de tratarme empecé a sospechar que Beto sentía cosas mucho más profundas por mí. Hablé con mi ex amante y le pedí un último favor, que le consiga un buen trabajo a mi sobrino en una de sus empresas que yo desaparecería definitivamente de su vida y que en el futuro no le traería ningún compromiso ni le reclamaría nada más. Por suerte Beto logró entrar con un buen sueldo en una de sus empresas de Héctor logrando un ascenso gracias a su capacidad. Desde que mi sobrino se vino a vivir conmigo nuestra convivencia fue igual que cuando era un niño, compartíamos muchas cosas, él sabía que yo era la puta de un hombre mayor, jamás le oculté nada y él tampoco a mí. Como todo adolescente Beto salía con chicas y teníamos largas charlas sobre sexo, me contaba detalles de su vida amorosa y yo también le contaba infidencias mías, siempre fuimos compinches. También en lo cotidiano éramos bastante desprejuiciados, era tal nuestra confianza que a veces nos cruzábamos en la casa con poca ropa y en varias ocasiones vimos nuestra desnudez por casualidad a la salida del baño o a la salida de la piscina, a mi casi siempre me gustaba nadar desnuda. A pesar de esas situaciones, a veces buscadas, otras no, una sonrisa de ambos daban por finalizadas ciertas intenciones. Beto es un chico guapo y a veces me olvidaba que era mi sobrino y el morbo se apoderaba de mí, no obstante él nunca se había animado a cruzar la línea, yo tampoco quería forzar una situación, el tiempo haría el resto.
Una noche de verano estábamos a la luz de la luna sentados a la orilla de la piscina con los pies sumergidos, yo tenía un traje de baño de dos piezas muy diminuto, la parte de arriba apenas tapaba mis pezones y la parte delantera de tanga alcanzaba a cubrir la raja, mientras que el hilo trasero se perdía dentro de las nalgas. Esa noche noté que Beto me miraba distinto y yo también sentí íntimamente lo mismo con él. La conversación era sobre nuestro futuro, la posible venta de la casa y el carro, mis estudios, su trabajo, era una charla que no parecía suceder entre familiares. Comencé ver a Beto como un macho cabrío y no como un sobrino, no dejaba de mirar sus pectorales, sus hombros, sus bíceps, él ya había dejado de ser aquel niño que yo cuidaba, era ya un hombre con todas las letras, un joven con el que cualquier mujer desearía follar. Fue en ese momento que me dije interiormente “ Es ahora o nunca saber si él siente atracción sexual por mi”
-Decime, Beto, ¿alguna vez me miraste con otros ojos? –
– ¿mirarte cómo? –
– como mujer, como una hembra deseada-
Se puso colorado, pero no bajó la mirada, sus ojos brillaron con cierta lujuria desnudándome con su mirada.
-eeehhhh…. una vez yo…. eeehhh-
Comencé a reírme para aflojar la tensión
-Y la verdad tengo que confesarte que muchas veces siento cierta atracción, principalmente cuando andas con ese traje de baño, en casa cuando andas envuelta en la toalla, o cuando te paseas con esas polleras cortas y se te ve asoma el culo, lo que pasa que tienes ese cuerpo impresionante y es difícil no mirarte-
– ¿Y hasta donde llegaste con esa cierta atracción? –
-Uy me pones en un compromiso Gisela!!!-
-No pasa nada, tú sabes que entre nosotros nunca hubo secretos, y además tocamos temas de sexo, yo te conté intimidades, tú me contaste las tuyas, no tengas prejuicios conmigo habla con libertad-
-Bueno si, me hice varias pajas pensando en ti. De noche cuando dormías con tu amante yo sentía desde mi habitación tus gemidos y me masturbaba, ¿recuerdas esa vez que entré al baño apresurado y se te cayó la toalla y quedaste desnuda delante de mí? –
-Si lo recuerdo bien, te quedaste parado como una estatua mirando mi desnudez y yo también quedé paralizada porque vi como se puso erecta tu verga de inmediato, saliste corriendo jajaja, te confieso, lo hice a propósito!!!!-
-Siiii, y yo fui directo a masturbarme, pensando en esas tetas y ese hermoso trasero que tienes-
– ¿sabes qué?, yo también fui a mi habitación hacer lo mismo, a meterme los dedos pensando en ti-
– ¿En serio? – preguntó asombrado abriendo sus hermosos ojos celestes.
-Si, y fue una de mis mejores pajas- le respondí mordiendo mi parte inferior del labio
Esa conversación fue el detonante para entender que yo nunca fui para Beto su tía, y él tampoco fue para mí el sobrino
Se quedó mirándome casi sin respirar, asombrado, trataba de reaccionar después de semejante confesión y me zambullí a la piscina nadando hasta las escalinatas. Me paré y me saque el traje de baño quedándome desnuda, con el dedo índice le hice señas para que se acerque. El se paró de inmediato, se bajó el short y vi como su verga estaba totalmente parada y dura apuntando hacia arriba. Se zambulló de cabeza y vino nadando hacia mí. Durante el corto trayecto observaba como trabajaban los músculos de sus brazos y su espalda bien esculpida. Beto era el macho con que deseaba ser penetrada en ese momento. Cuando llegó hasta la escalinata yo estaba sentada en los escalones con las piernas abiertas y mirándolo fijamente con cara de puta, mordiendo mis labios e incitándolo como una verdadera putarraca.
-Gisela, hace mucho que deseaba este momento-
– ¡Yo también, aprovéchalo, quiero que me lamas la raja con tu lengua y juegues con mi clítoris, mira está toda depilada para ti, para que hagas estragos! –
Con parte de su cuerpo aun en el agua apoyó las manos en mis muslos, acercó su cara a mi vagina y su lengua comenzó a subir y bajar por la raja. Mi cuerpo se torcía hacia atrás mientras gemía de placer, mordía mis labios y estiraba mis pezones masajeando mis tetas.
-Eso amor, así le gusta a la tía, lame, no dejes de lamer rico- Mientras lo tomaba de sus cabellos acercando su rostro hacia mis labios vaginales refregando su boca en ellos.
Estuvo lamiendo unos minutos hasta que mi cuerpo comenzó a temblar y exhalando un profundo gemido de placer estallé en un orgasmo mientras él saboreaba mis fluidos.
-Cambiemos de posición, siéntate y déjame chupar esa hermosa verga que tienes-
Tomé delicadamente su verga y comencé a mamarla, a veces garganta profunda, a veces lamiendo desde el glande hasta los testículos, mi boca se transformó en una máquina de placer. Mientras mamaba levantaba mi vista y lo miraba fijamente con lujuria.
-No vayas a correrte ahora Beto, por favor aguanta, quiero más-
Mi apetito por esa verga era voraz, me la metía en la boca entera, la chupaba desaforadamente como si fuese la ultima vez. Beto se retorcía de placer
-Ahora soy tu puta Beto, soy tu perra deseada, hazme tuya, soy toda tuya, hazme lo que se te plazca-
Dejo de chupar su verga que ya estaba a punto de explotar, tiendo una toalla sobre el césped, me acuesto con el cuerpo mojado, abro mis piernas mientras Beto estaba parado frente a mi con esa verga dura como fierro
-Ven amor, métesela a tu tía, dame tu verga, follame por favor, soy tu hembra puta-
Fundidos en un abrazo Beto se abalanza y me besa dulcemente, mientras ambas lenguas serpentean en nuestras bocas apasionadamente. Siento su verga dura apoyarse sobre mi pelvis mientras nos besamos y yo le ofrecía mis tetas para que las chupe.
-Métela Beto por favor, quiero tu verga dentro de mí, la quiero toda, hazme gozar!-
Sin hacerse rogar me empala y me la mete sin contemplaciones, está dura como un garrote siento como viaja dentro de mi vagina, la siento rico. Mi pelvis comienza a sacudirse mientras Beto entra y saca su verga con movimientos rápidos.
-Así rico amor, sigue por favor estoy gozando como una perra, dame más, quiero más-
Yo me movía, cada vez mas para darle placer mientras me empalaba, gritaba, lo abrazaba clavándole las uñas en su espalda, él lo hacía perfecto, sabia follar a pesar de su corta edad.
-No te corras por favor aguanta amor, aguanta que la tía está gozando como nunca-
Mientras Beto me follaba entrando y sacando su verga de mi vagina, mi cuerpo comenzó a temblar nuevamente hasta alcanzar mi segundo orgasmo.
-Ahora sí, quiero tu leche dentro mío, dámela por favor, dame tu leche-
-Quiero follar tu culo Gisela , lo quiero, me encanta tu culo, tienes un culo perfecto y quiero follarlo-
-Ok, pero lubrícalo un poco con tu saliva, tu verga también lubrícala, que yo me pongo en 4 patas, soy tu perra-
Como una puta obediente, me pongo en 4 patas, apoyo mi mejilla sobre la toalla empinando mi culo bien hacia arriba, mientras lubrico el culo con los fluidos de mi corrida. Beto escupe con saliva su verga.
-Ahora sí, métela despacio, soy toda tuya amor, párteme en dos el culo, quiero sentirte bien adentro, destrózalo a vergazos-
Lentamente su verga va entrando por el culo, yo comienzo a gritar de placer mientras me toco los labios de la vagina y juego con mi clítoris. Una vez adentro y con el culo dilatado, Beto comienza a meterla y sacarla. Yo grito y gimo de placer sin parar, empiezo a sacudir el culo de menor a mayor. La verga de Beto se hace sentir rico viajando como un émbolo de locomotora vieja. Me froto la vagina mientras empala el culo una y otra vez hasta que minutos después..
-no aguanto más Gisela, me voy a correr-
-¿Quieres echarlo adentro?-
-Siiiiii-
-Vamos córrete dame tu leche, llena mi culo de leche, yo también me voy a correr-
Siento que la cavidad anal se llena de leche mientras mi cuerpo se estremece nuevamente con un nuevo orgasmo. Ambos gemimos de placer, mi cuerpo agotado se deja caer hacia adelante, siento que Beto también se deja caer sobre mi espalda. Giro mi cabeza y busco de besarlo. El saca su verga de mi culo maltrecho y siento como la leche cae mojando la raja de mi vagina. Recojo el semen con mis dedos y los chupo.
-Lo hiciste bien, muy bien Beto, ¿gozaste tú también, te gustó la performance de la tía? –
-Si Gisela me encantó, fue lo que siempre soñé, no me defraudaste, fue la mejor hembra que follè-
-Tú también amor, hace tiempo que te tenia ganas, poco a poco te fui descubriendo como un hombre olvidando quien eras, la verdad todo lo que hiciste por mí durante todo este tiempo, como cuidaste de mi cuando estaba accidentada, fuiste y eres para mí el hombre perfecto, el que siempre soñé, además resultaste ser un excelente amante, joder, mira como me has follado!. Cuando te viniste a vivir conmigo me di cuenta que ya me estabas viendo no como tu tía, yo presentí eso, sabia que te hacía pajas pensando en mí, pero no quería apurar las cosas, todo a su tiempo, sabia que tarde o temprano te ibas a despertar y así fue finalmente. Luego de que me cuidaste con tanto amor ese mes que estuve internada terminé por convencerme de que yo te gustaba, mas aun sabiendo que no era tu tía biológica, eso fue liberador para ambos-
-Si Gisela, tú me gustas de verdad, no pienso en otra mujer que no sea tu-
-Pues entonces no podemos estar reprimiendo nuestros sentimientos más profundos y sinceros, dejemos atrás los prejuicios y empecemos a transitar esta etapa de nuestras vidas como pareja, yo te deseo, tú me deseas, nos entendemos, nos llevamos bien, ¿acaso tenemos mejor escenario que este?, si no lo aprovechamos para ser felices es porque somos unos idiotas-
-Yo quiero ser tu hombre Gisela, quiero estar siempre contigo, quiero ser tu pareja.-
Nos besamos profundamente como dos enamorados.
Gisela, mi verga se pone dura otra vez, quiero follarte de nuevo-
-Ya veo Beto, tienes esa verga parada nuevamente, aprovechemos, podemos ir a mi habitación que será de aquí en mas tu nueva habitación, dormiremos juntos a partir de ahora. –
Esa noche follamos hasta quedar exhaustos, nos dormimos abrazados oliendo a sexo hasta que la luz del día nos despertó. Yo tenía semen pegado en mi barbilla, en las tetas, en mi vagina, en el culo, fue una noche salvaje donde Beto me folló de todas las formas. Al mes siguiente vendimos la casa y el auto y nos fuimos a vivir lejos de todo contacto familiar. Beto es actualmente supervisor en la empresa de mi ex amante. Yo terminé mis estudios y conseguí un buen trabajo. Vivimos como pareja, somos felices y estoy esperando un crío de Beto.
Dejo un correo para los lectores que deseen enviar comentarios : mortalypervertida@hotmail.com

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después de un rato se sienta a mi costado y me comenzó a tocar la verga y yo le tocaba las tetas y se las lamia y las mordia Un dia como siempre fui a buscar a mi amigo a su casa, toque la puerta y sale su mama en

Un comentario

  1. Exitante relato, que hace hervir la sangre y lo pone a uno a mil

    Ojalá y tengas más relatos de tus experiencias sexuales, para seguír deleitando mis sentidos

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