Noche de máscaras y parches

La luna llena iluminaba con su lumbre una fantástica fiesta de disfraces a la orilla del mar.
Estaba dando vueltas tapándome con la capa de mi traje de El Zorro. Mi antifaz me protegía de las miradas indiscretas. Hasta que me tope con la despampanante Capitana Bukanera.
Guau!!! Que hermosura.
Estaba vestida con unas botas de caña alta que hacía más que honor a su nombre. Por debajo de ellas unas medias red que llegaban hasta por encima de sus muslos. Su falda extremadamente corta dejaban imaginar que debajo de ella se encontraba justamente la gloria. Su torso era cubierto por una camisola a rallas blancas y negras (como debía ser, según su atuendo) con un escote que sólo lo aprisionaba un delicado cordón, pero que permitían ver el espectacular valle que provocaban sus montañas. Su espléndido rostro con un parche y su pelo apenas sujeto con un sombrero pirata con una calavera en su frente.
Sigilosamente -como el astuto canino que llevo por nombre-, me acerqué hasta donde estabas. Te sorprendí tomándote de atrás por la cintura. Sonreíste y me besaste.
Así estuvimos por un rato, diciéndonos cosas apasionantes a los oídos acompañados por caricias, besos y excesos.
Si bien la noche era fresca, la temperatura de los cuerpos pedía descargar su calor de otra forma. Por ello, nos refugiamos en un acogedor médano. Entre arena y arbustos tiré su sombrero, para luego tomar tus cabellos con ambas manos, jalándolo suavemente hacia atrás. Ahora, tu cuello descubierto permitió acceder con mi lengua hasta tu deslumbrante escote. Mis dientes rompieron la barrera que impedía recorrer tu naturaleza.
Por tu parte, no tardaste en desenfundar la espada de El Zorro. La tomaste con fuerza, notando su dureza. Bajaste para recorrer su río hasta su desembocadura, arrodillándote y quedándote dando vueltas con tu lengua por su remanso.

Tu cara iluminada por la luna dejaba ver unos labios ligeramente mordidos por tus dientes, lubricándolos, de vez en cuando, la punta de tu lengua.

Entonces, digo: “Ufffff…. ¡Qué placer!”, mientras mis manos toman a tu cabeza, siguiendo un movimiento pendular entre vos y mi extremidad.
Ardiendo en llamas este animal salvaje, hago que te recuestes sobre la playa. Siquiera tengo que correr tu falda. Tu jugosa naturaleza estaba esperándome húmeda y sabrosa. Mi boca se apropió de ella. Ahora, eran tus manos las que tomaban con firmeza mi cabeza, sin dejar que escape de la cueva en la que El Zorro quería penetrar su espada. Empezaste a gemir como sólo vos te imaginas.

Nos reincorporamos y te alcé sobre mí cintura. Vos quería cabalgar a Tornado. Yo no podía resistirme a tal proposición. Es así que con tus piernas abrazándome por mis glúteos te accedí en lo más profundo de tu ser. Que cara de gozar que teníamos. Estabas envuelta en mi capa mientras te movías incesantemente hacia arriba y abajo. Quedamos arrodillados los dos, pero la cabalgata continuaba.
Hay que cerca estamos de acabar con esta galopeada.
Me empujaste, quedando totalmente arriba mío. Te movías como bailando la danza del vientre. Mis palpitaciones estaban por hacer que mi corazón saliera de su lugar. Tu cara iluminada por la luna dejaba ver unos labios ligeramente mordidos por tus dientes, lubricándolos, de vez en cuando, la punta de tu lengua.
Díos mío, creo que me voy a desmayar. Allí, repentinamente, abandonas mi montura, pero tu boca audaz se posa sobre mi ardiente pene. Sube y baja una y otra vez, hasta que el producto de trabajo hace que brote mi cálida y espesa crema, pasando tu lengua por su frutilla. El resto quedó sobre tus senos, que con suma sensualidad los acariciabas apretando tentadoramente tus pezones.
mmmmm… que derroche de placer inolvidable…

curiosa por pija

La curiosa. II

Hola. Han pasado unas semanas de que mi vecina nos vio cogiendo con mi esposa y no la he visto. Quizás por vergüenza trata de esquivarme hasta que ese día mi mujer me dice. – Bruno amor me vas a comprar al mercadito?- un poco desganado me dio una lista

Las piernas de mi colega

Con Mi colega

Tengo una amiga “colega” que no veía hace bastante tiempo y me contacto vía telefónica, me saludo, me pregunto como estaba y me pidió un favor, si la podía ayudar con un trabajo que la tenia un poco atareada y no sabia bien como hacerlo; le dije que si, que

sexo en la disco

Relato de Sexo en la disco

Una fiesta de sexo repentina en la disco El sudor que aquella diosa en la disco emanaba iba deslizándose como gotas de sexo por su pecho terminando íntimamente es sus pequeños senos que por el calor del lugar se habían pronunciado entre su blusa La silueta de sus caderas me

estaba tan caliente

visitando a mi ex !

dejé salir mis hermosas tetas con un brasier color negro satinado y vi con gran morbo como su cara se descompuso y olvidó que tenia una novia a la que supuestamente ahora quería y respetaba Esta historia ocurrió el año pasado, cuando veía mis extenuantes clases de álgebra lineal, por

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contenido Generado por Usuarios con Desnudos

El contenido de RelatoSexy es generado por usuarios y puede incluir desnudos.