En varias ocasiones esa chica y yo nos habíamos salido a cotorrear. Casi siempre era ir a comer a algún lugar, algunos tragos, nada pasado de lanza y asi el cotorreo por algunas horas, paseando, platicando y sólo eso, la llevaba a su casa. A veces, incluso, iba una amiga de ella con nosotros. La verdad era sólo cotorreo hasta ese momento para mi. La morrita no era muy agraciada que digamos, morenita, un poco desnalgada pero eso si, con un par de tetotas que era inevitable no imaginarse en la boca. No era de esas viejas que le gustara mostrar mucho que digamos, pero con lo poco que se ponía, sus lindas tetas lucían antojables.
Ese día, nos fuimos de nuevo los tres a comer juntos, pero la amiga era casada, así que no tomaba mas de un par de tragos y generalmente era la primera que llevábamos a su casa. No fue diferente esa vez. Fuimos, la llevamos y para llevar a mi morena a su casa, había que atravesar poco mas de media ciudad. Ni pedo, en cuanto agarramos camino luego de dejar a su amiga, mi morenita, me dijo, oye, no sé, me quedé con ganas de mas tragos, pero la verdad, no quise decirte nada porque la fulana, luego me regaña, dice que no ande tomando contigo, que se mira que tu eres un pervertido con las borrachas y soltamos las risotadas. Nah, solo me dice que no ande tomando mucho, que me cuide, pero hoy, lo que nos tomamos fue muy poquito y tengo ganas de seguirla con mas tragos.
Pues como tu digas, si quieres compramos un wiskyto que te parece?. Va, me dijo. Llegamos a un Oxxo, nos bajamos por los tragos y la botana y agarramos camino. En el estacionamiento nos preparamos los primeros tragos y empezamos a dar el rol por la ciudad. Era fin de semana, seguro habría alcoholímetros por todos lados. Fuimos y nos paramos en una calle que para mi gusto estaba cómoda, ahí estuvimos un ratito, pero, luego, a ella no le gustó, me dijo, me van a dar ganas de mear y aquí no hay donde, vamos a otro lugar. Yo en mi mente caliente y perversa, pensé rapidísimo en un motel, pero eso nunca antes lo habíamos platicado, es mas, ni siquiera me la agasajaba a la morena. Agarré rumbo para un motel, “curiosamente” se me acabaron las ideas de lugares a donde irnos. Cada 2 o 3 minutos le preguntaba que a donde nos íbamos y su respuesta siempre era, donde tu quieras no te preocupes. Total que a la vuelta del motel, bajé casi a nada la velocidad y di mi primer movimiento serio de la noche. Mi estúpida mente, me dijo que si ella no ponía objeción, todo lo demás sería pan comido. Mira, no sé, que te parezca le dije, ahí está un motel, si quieres ahí podemos estar pisteando a gusto, solos, con musiquita, sin riesgo de que nos paren. No se si te ofenda. Todavía rematé. No para nada, vamos me dijo. Wow, música para mis oídos pensé.
Entramos, nos acomodamos. Puse musiquita, seguimos preparando tragos, era un cotorreo chingón para mí. De rato en rato, ella se paraba al baño a orinar y pues en cada levantón mi verga también se paraba, ya la estaba mirando buenísima, con unas ganas enormes de atravesar ese culito. Le preparé más cargaditos sus tragos, quería que se emborrachara más para que no me pusiera objeción. Se levantó nuevamente al baño y la miré que ya se agarraba casi de las paredes, eran risotadas de lo peda que ya andaba. Cuando regresó, ya estaba yo decidido, era el momento según yo. En cuanto venía, tambaleándose, me paré a recibirla de frente y en cuanto se tomó de mis manos, la jalé a abrazarla conmigo y le repegué toda mi verga bien parada. Si lo sintió, porque se me despegó un poco, pero yo no la iba a soltar, la volví a jalar suavemente para conmigo y de nuevo le repegué mi camote, pero esta vez buscando sus labios. Se volteó la cara y me empujó para separarse, ¡no!, me dijo, no quiero. Anda mamita tengo muchas ganas de ti. No. No te confundas, no quiero.
Puta madre, se me vino el mundo encima. No esperaba esa reacción, en mi puta mente, eso no iba a pasar. No hallaba que hacer. Quería que me tragara la tierra. Ella lo notó, y justo en ese momento comenzó a sonar una canción, súbele me dijo, esa me encanta y se puso a bailar. Yo me senté en la orilla de la cama bien agüitado, ella bailaba, cuando acabó la canción, me animé a preguntar el porqué no. No me quiso contestar, solo me dijo, no quiero, perdona. Lo bueno es que el pisto se estaba por acabar. Nos servimos un último vaso y le pregunté si quería que nos quedaramos ahí a dormir o si prefería la llevara. Quiero irme, pero andamos muy ebrios. Vamos, le dije, me voy con mucho cuidado. La verdad ya no quería ni verla. Todo el camino me fui callado y ella volteando su mirada hacia la calle por su ventanilla.
Al llegar a su casa, se volteó antes de bajarse del coche y me plantó un beso riquísimo en mis labios. Me la he pasado maravillosamente, todo esta bien. Se metió a su casa y yo me retiré con cuidado, por lo ebrio. Me paré un poco más delante de su casa, estaba encabronado, pero pues ni modo, no hablé claro. Me entró una llamada de ella: tengo muchas ganas de estar contigo. Yo no mames, pinche pendeja, porque me dices esto hasta ahorita, pensé, encabronadísimo. Lo que creo que no notaste es que ando con mi periodo. Cuando me dijiste de meternos al motel, tenía la esperanza de que ya no tuviera nada, porque se supone estoy en mi último día, pero en la primera vuelta al baño me di cuenta que no, que aún queda algo. Sinceramente me da vergüenza que mi primera vez contigo sea con la regla. Perdona por no haberlo dicho antes, pensé lo habías notado, porque en cada vuelta al baño me llevaba la bolsa. Cierto, hasta ese momento caí en cuenta de ese detalle. Me sentía un reverendo pendejo. Ando que muero de deseo por sentir tu verga adentro de mí. No tienes idea de lo mucho que me mojé cuando me lo repegaste. Yo creo que, si no fuera la primera vez, no me hubiera detenido y te hubiera exigido me cogieras así. Estaba seco, sin saber que decir. Gracias por no ponerte mamón con mi negativa. Pero para que mires que es en serio mis ganas de ti, ve el regalito que te acabo de mandar. En putiza abri el whats con el altavoz de llamada, era un video donde se estaba masturbando bien riquísimo. Estoy bien caliente papacito, espero mañana nos podamos quitar todas estas ganas.
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