Confesiones de mujeres calientes

Volviendo a disfrutar de mi esposo

Era una tarde completa para mí y el, estábamos por fin solos teníamos hijos y llevábamos mucho tiempo sin intimidad todo se nos había vuelto trabajo y los niños no nos dejaban ni dormir solos en nuestras habitación, así que nos habíamos olvidado de nosotros, por eso decidimos mandarlos un fin de semana con su abuela para poder estar solos de nuevo, había esperado este momento mucho tiempo quería volver a disfrutar de mi esposo.
Así fue al estar solos lo primero que hicimos fue desnudarnos para contemplarnos y volver a reconocernos con nuestros cambios y gustos quizás intactos, comienzo a sentir su cuerpo desnudo detrás de mí, sus besos en mi cuello, las manos en mis senos, su pene entre mis piernas cuanto lo extrañaba era mi esposo pero había olvidado lo bien que me hacia sentir, lo acaricio, lo llevo colocándole sus manos en mi vagina, lo beso en los labios, solo quiero sentirlo de nuevo, sus movimientos despacio, de atrás a adelante y viceversa me giro y lo beso sintiendo como sus besos son apasionados, también me extrañaba.

me acuesto sobre su cuerpo desnudo dejando a un lado mis pantis, veo su cara y sé que tiene la verga tan dura que le duele, había sido demasiado tiempo sin sexo los dos estábamos ansiosos, separo mis piernas se sumerge entre los labios de mi vagina

Nuestra sexualidad siempre había sido buena y nos sabíamos complacer muy bien pero la monotonía nos había llevado a un momento difícil, pero esta noche si que íbamos a volver a ser nosotros mismos esos que se follaban en todas partes de la casa en el carro en los lugares públicos hasta que no podíamos más de placer, siempre nos dábamos orgasmos increíbles y eso nos llevó a tener 2 hijos que aunque eran nuestra vida nos habían alejado.
Su cuerpo es tan ágil. Pero sin embargo, tan fuerte, tan poderoso, me acuesto sobre su cuerpo desnudo dejando a un lado mis pantis, veo su cara y sé que tiene la verga tan dura que le duele, había sido demasiado tiempo sin sexo los dos estábamos ansiosos, separo mis piernas se sumerge entre los labios de mi vagina se frota contra ellos dejándome sentir toda su lengua, golpeando mi clítoris con su lengua tan fuerte y delicioso, muerde mis hombros y mi cuello mientras araña mi cadera que se retuerce, clava sus manos en toda mi espalda fuerte para que lo obedezca y me gusta sentir que me quiere hacer solo suya y comienza a recordarme con cada caricia que soy solo de él.
Acariciando mi clítoris que palpita, penetrando la entrada hasta la palma de la mano mientras me besas, y lo beso, mi lengua se desliza por su cuello, y mis dientes muerden su hombro, y mi mano busca esa verga, y la acaricia, despacio, hasta que tiembla, hasta que humedece la palma, hasta que se derrama de mis jugos, paramos por un momento pero sabía que apenas estábamos comenzando este delicioso juego.
Su verga estaba dura y era bastante grande. Mientras la veía empezó a masturbarme nuevamente. Dios mío estaba tan excitada que noté como parte de mi jugo vaginal se expandía por mis piernas casi en un segundo orgasmo sin aun haber llegado a la penetración.
Sin más comenzó a penetrarme mientras azotaba mi trasero, que placer me hacía sentir era demasiado rico, su verga salía y entraba con gran rapidez y con sus manos tocaba mis senos que cada vez estaban más endurecidos .Me acabe corriendo y sin apenas tiempo para el descanso, me puso de rodillas delante de él y me obligó a chuparle su verga, note como se venía en mi boca y puso mi cara llena de su leche caliente lo cual me había encantado.
Una vez que acabamos me cogió dulcemente y me abrazó diciéndome un te amo amor, lo sabíamos nos queríamos y seguíamos entendiéndonos perfectamente en la parte sexual estaríamos bien como siempre.

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